En las últimas semanas, en Colombia han ocurrido diversos fenómenos políticos, entre ellos la presentación del proyecto de ley 339, que busca realizar reformas importantes al sistema de salud actual. Durante los últimos años en las distintas campañas electorales la salud ha sido una gran bandera cuestionando su efectividad, accesibilidad y calidad, hace 30 años apareció la Ley 100 de 1993, que transformó el sistema de manera considerable; allí se plasma un sistema de salud que parece ideal, pero que a lo largo de su ejecución no se cumple completamente. En 2015, con el objetivo de solucionar los principales problemas del sistema como accesibilidad y eficacia, aparece la Ley Estatutaria de la salud, 1751 que establece la salud como un derecho fundamental, pero se queda corta en su cumplimiento.
La reforma de la salud propuesta por el Presidente Gustavo Petro y en coordinación por parte de la Dra. Carolina Corcho, es una reforma que busca realizar una transición en el sistema actual, el cual asienta su importancia en varios aspectos; tales como la prevención de la enfermedad, teniendo en cuenta que existen aproximadamente 600 municipios en Colombia principalmente en el sur y oriente del país, en los cuales no se cuenta con ningún tipo de acceso a servicios de salud esenciales tales como pediatría, ginecología, medicina interna entre otros. Por otro lado, la reforma busca solucionar necesidades básicas como el agua potable, la desnutrición y la malnutrición, además de factores sociales que influyen en el bienestar de los ciudadanos.
Otro aspecto que se propone es la dignificación del personal de la salud, para nadie es un secreto que existe una inequidad salarial en el personal de salud urbano y rural, además del incumplimiento en algunas zonas donde hay personal que lleva más de 6 meses sin recibir pagos y los sueldos no corresponden a la labor ejercida. En suma a lo anterior, y sin ser menos importante, se propone la retoma del control de los recursos por parte del estado y la supervisión de su manejo; este punto ha sido especial tema de controversia por parte de quienes se oponen a ella, dicho grupo de personas, han sembrado un manto de duda, pues argumentan que dicha visión, degeneró en actos de corrupción ocurridos en etapas anteriores a la Ley 100, cuando aún seguía vigente el instituto de seguros sociales y que se vio en declive entre múltiples causas por malos manejos. Sin embargo, y en contra posición a ello, el gobierno de turno quiere reconstruir la confianza ciudadana hacia el estado, recuperando las riendas financieras de la salud y evitando que se dispersen en bolsillos particulares.
A título personal, soy consciente de la existencia de incertidumbres como la conformación del consejo nacional de salud, pues no se explica claramente como serán elegidos sus miembros, otro ítem a tener en cuenta, es la corta duración del consejo, considero que el tiempo debería ser mayor, al menos 5 años. En adición a lo anterior, algo que tampoco queda muy claro son los regímenes especiales como el del magisterio, el cual no funciona adecuadamente, el servicio es bastante deficiente en todo el país y no se propone una reforma de este de manera contundente; por el contrario, se aplaude que se mantenga. Si se hace una lectura correcta, se aclaran especulaciones como que el dinero lo van a manejar alcaldes y gobernadores, lo cual es falso e incluso la ministra en cada consejo regional ha dado claridad; también la llegada de médicos de otras nacionalidades y la más grande de todas es el retorno del seguro social lo cual ni es una posibilidad. Si bien es cierto que la reforma tiene aspectos no muy claros y a los que se presentaron mucha atención, lo que sí es evidente, es que la salud tiene “pronóstico reservado” proyecto de ley que intenta traerlo a cauce, para mejorar su diagnóstico y su expectativa de vida.
Finalmente, y desde mi punto de vista, considero que es una reforma pensada desde la integralidad del ser humano, busca volver a la imagen de ser pacientes y dejar de ser clientes del sistema; busca recuperar la sensibilidad del personal de salud, que ha transformado la relación médico-paciente en una relación médico-cliente, reconoce lugares olvidados por el estado y los pone en el mapa para recibir la atención que merecen pero sobre todo cumple un principio de campaña: ¡Colombia, potencia mundial de la vida!