En un esfuerzo por impulsar la soberanía alimentaria y garantizar precios justos para los pequeños productores, Colombia ha dado un paso crucial con la creación de la Agencia Nacional Agroalimentaria (ANA), sustituyendo al anterior Instituto de Desarrollo Empresarial del Medio Ambiente (IDEMA). Con una clara visión de apoyo al campesinado, esta agencia busca revolucionar la comercialización de productos básicos de la producción rural para el consumo humano.
Según Luis Alberto Higuera Malaver, presidente de la Agencia de Desarrollo Rural (ADR), el objetivo central de ANA es establecer una red de compras públicas directas a pequeños productores, evitando intermediarios y garantizando que los alimentos adquiridos sean propiedad de estos agricultores. Este enfoque, respaldado por el presidente Gustavo Petro, pretende no solo fortalecer la economía campesina, sino también dinamizar la agrologística en regiones clave del país.
Con instalaciones planificadas como centros de acopio y transformación agrologística, ANA promete una estructura que permitirá la comercialización y transformación de productos, como el cacao en chocolate y la naranja en mermelada, a través de plantas procesadoras de propiedad del campesinado. Este enfoque en la agroindustrialización de la producción rural busca agregar valor a los productos básicos y abrir nuevas oportunidades de mercado para los agricultores.
El presidente Higuera destaca que ANA no buscará desplazar las estructuras existentes de mercadeo campesinas y étnicas, sino que trabajará en colaboración con ellas. Para ello, se están elaborando mapas detallados de todas estas estructuras para una integración efectiva. Además, se ha establecido comunicación con gobernadores, alcaldes y el Viceministerio de Defensa para abastecer incluso las necesidades alimentarias de las Fuerzas Militares.
El modelo de ANA se basa en dos pilares principales: un centro agrologístico de compras y ventas estatales y tiendas populares que ofrecerán alimentos sanos a precios justos. Esta dualidad busca abordar tanto las necesidades de abastecimiento del Estado como las de acceso a alimentos de calidad para la población en general.
El presidente Higuera subraya el compromiso del Gobierno con la transparencia en el funcionamiento de ANA, destacando la importancia del control público y la veeduría ciudadana para garantizar su adecuado desempeño. Este enfoque busca superar los problemas del pasado y sentar las bases para un modelo agroalimentario más justo y sostenible en Colombia.
En un momento crucial en el que la seguridad alimentaria y el apoyo al sector rural son prioritarios, ANA emerge como una respuesta innovadora y prometedora, destinada a transformar la realidad agrícola del país y fortalecer la posición de los pequeños productores en la cadena alimentaria.
Fotografía: Agencia de Desarrollo Rural