La noche del pasado jueves, un nuevo episodio de violencia sacudió las calles de El Poblado, en Medellín, con el asesinato de Édinson Rodolfo Rojas, conocido como ‘Pichi Gordo’, uno de los principales cabecillas de las bandas criminales La Terraza y la Oficina. Este trágico evento marca el fin de la vida de uno de los criminales más prominentes del Valle de Aburrá, quien había salido en libertad en 2020 sin haber cumplido la mitad de su condena tras las rejas.
El hecho ocurrió cerca del cruce de la calle 12 Sur, Los Balsos, con la carrera 25 Transversal Superior, donde ‘Pichi Gordo’ y su escolta fueron sorprendidos por un grupo de sicarios que les dispararon desde una motocicleta. El ataque dejó como saldo además el fallecimiento del escolta y una persona herida. Rojas, quien se encontraba en un vehículo de alta gama, marca BMW, fue alcanzado por múltiples disparos que acabaron con su vida de manera instantánea.
Rojas, quien había sido liberado en enero de 2020, tras cumplir menos del 50% de su pena por homicidio, concierto para delinquir y porte ilegal de armas de fuego, era conocido por su prominente papel en el mundo del crimen organizado. Como cabecilla de La Terraza y jefe de sicarios de La Oficina, mantenía una férrea rivalidad con otros líderes de la misma organización criminal.
El historial delictivo de ‘Pichi Gordo’ incluye su captura en Panamá en 2013, seguida de su deportación a Colombia y posterior condena por homicidio en julio del mismo año. Si bien fue investigado por su presunta participación en otros crímenes, como el asesinato de dos policías encubiertos en 2012, nunca fue acusado formalmente por estos hechos.
El Departamento del Tesoro de Estados Unidos lo incluyó en la Lista Clinton en 2014, congelando sus activos financieros junto con otros líderes de La Oficina. Sin embargo, su liberación en 2020 generó preocupación entre las autoridades debido a su potencial para reactivar la violencia en la región.
El asesinato de ‘Pichi Gordo’ representa un duro golpe para las estructuras criminales del Valle de Aburrá y destaca los desafíos continuos que enfrenta la ciudad de Medellín en su lucha contra la delincuencia organizada. Las investigaciones sobre este crimen continúan en curso, mientras la comunidad espera que se haga justicia y se brinde seguridad a los ciudadanos.