Vicky Dávila, ¿la otra Marioneta del ubérrimo?

En los últimos días se puede leer en las redes sociales que la señora Vicky Dávila seria candidata a la presidencia de la república de Colombia, cosa a la que tiene derecho, pues en una democracia todos pueden elegir y ser elegidos, incluida la señora Dávila.

La pregunta entonces radica en descubrir a quienes y cuáles intereses representaría de ser cierto, y es que indiscutiblemente ella es una clara representación de la ultraderecha godorria y narco paramilitar de Colombia. Pertenece a la familia Gnecco de manera directa pues su esposo es el hijo del «fallecido» Lucas Gnecco, (Dicen que no murió, que está en Italia), y pese a que es un cirujano y que al parecer es un buen señor, de alguna manera estar emparentada con esa familia abre las puertas para que personas como Cielo Gnecco puedan estar detrás de una posible candidatura, lo mismo que el uribismo representado por Álvaro Uribe Vélez y toda su corte de pendejos y corruptos que arrodillados ante la representación de la muerte en la tierra, hoy salen inclinados a respaldar la posibilidad de esa candidatura en nombre de los responsables políticos de masacres corrupción y retraso económico y social del País.

Y puede que la señora Dávila no tenga ninguna responsabilidad directa en los hechos que han llevado a Colombia al caos y al desastre social, pero como periodista que dice ser, nunca ha informado con la verdad, su periodismo ha sido sesgado, y altamente favorable a las políticas de horror y muerte que han desarrollado muchos políticos de diferentes partidos de ultraderecha en el país y quienes ahora estarían dispuestos a respaldarla en agradecimiento por haber ocultado verdades, y así, favor con favor se paga.

Uno entiende de alguna manera que Vicky destile odio, recuerdo que su primer esposo fue asesinado por la guerrilla cuando como periodista cubría un enfrentamiento con el ejército, y podría uno decir que a lo Castaño, le dejo una sed de venganza, ¿Pero por qué desquitarse con todo un país? ¿No es exactamente lo que los Castaños hicieron?

Ella no ha matado a nadie, pero se opone a cualquier reforma que le pueda permitir al pueblo la más mínima posibilidad de tener equidad social, un mínimo de dignidad, entonces con esa manera de actuar como podría uno imaginar que estaría en la capacidad de ofrecer garantías al pueblo si llegara a dirigir los destinos de Colombia?, más bien sería una oportunidad para que aquellos a los que tanto defiende regresen al poder en «cuerpo ajeno», sería el nuevo títere de las elites corruptas del país, y como a Iván Duque, solo le interesaría quedar en la historia con un registro de haber sido presidente de Colombia y no por haber logrado cambios estructurales, porque de querer realizar esos cambios no estaría hoy dirigiendo a Revista Semana y desinformando como lo hace desde esa plataforma.

Colombia requiere mantenerse en el camino del progreso, un cambio ha iniciado hace ya un año y medio, pero es lamentable que hoy no sean visibles los liderazgos que permitan mantener el mismo camino en el 2026, no veo a nadie con la fuerza y la posibilidad, nadie en los territorios, nadie en la gestión y organización de las comunidades para sostener en 2026 lo que Gustavo Petro ha iniciado, y es por eso que nacen aventuras como las de Vicky Dávila, tratando de aprovechar esos espacios que el progresismo ha dejado abiertos sin que se realicen esfuerzos para repararlos, ya que la dirigencia de hoy se dedicó a insinuar desde Bogotá, pretenden que el pueblo se organice así mismo, solo, únicamente con el propósito que esté mal organizado y ellos poder impartir órdenes y mantener el derecho a que sea el lapicero y no la democracia interna quien decida.

Así que pese a que puedo asegurar que Vicky Dávila no será presidente de Colombia, también puedo asegurar que más personajillos como ella saldrán al plano visible de la política gracias a la desorganización de los partidos que hoy se hacen llamar partidos de Gobierno.

La única forma de asegurar que en el 2026 gane de nuevo el progresismo en Colombia es que se ayude a organizar al pueblo, que se convoque y sobre todo que se den herramientas democráticas para la escogencia de candidatos no solo a presidencia, sino también al congreso de la república.

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