VACUNEMOS AL PLANETA
La pandemia que sacude al mundo, aparte de cambiar todos nuestros hábitos de vida, abre también otros debates que la humanidad tendrá que darse y resolver. La Covid-19 o SARS-V-20 no tiene, color, ni ideología, ni religión, ni status y da igual para ricos o pobres, a la fecha de esta reflexión en el mundo tenemos 101 millones de personas infectadas, con 2.19 millones de muertes en tan solo un año de convivir y combatir contra ella
La vacuna dicen hoy los gobernantes y la comunidad científica y médica se presenta como la salvación de la humanidad a la pandemia, que vale decir muta y la hace cada vez más agresiva en contagio y muertes, entonces es de proveer que si la vacunación se hace lenta ante la progresión del virus, hoy el mundo no sabe si la vacuna será efectiva, eso obligaría a más inversión y esfuerzos de la ciencia para encontrarle la salida médico-científica para erradicarlo y prepararnos a futuro para inmunizar a todo el planeta.
A pesar de que en el mundo se están preparando aproximadamente un centenar de vacunas, hoy solo contamos con unas pocas, que tampoco están a la orden de cada ciudadano en el mundo como demandaría su producción masiva y que, para lograrlo se necesitó de la financiación millonaria que hicieron algunos gobiernos, fundaciones y filántropos para su elaboración, pero reservando el derecho de patente y producción de exclusivo manejo y comercialización por parte de las farmacéuticas que las crearon para su producción y explotación comercial. Las vacunas son propiedad de sus productores, a pesar de que se elaboraron con el apoyo financiero de muchos gobiernos que aportaron sus dineros que son públicos lo que, en teoría, haría que fueran también un bien público y que en un hecho de negociación convertiría como copropietarios a todos los ciudadanos mínimamente de los países que invirtieron en ella.
Hablando en cifras los gobiernos han invertido 8.600millones de dólares, los organismos sin fines de lucro casi 1.900 Millones de dólares y las farmacéuticas solo 3.400 millones de dólares, se estiman ganancias multimillonarias para los productores farmacéuticos que desarrollaron y ya ponen en el mercado las vacunas que serán aplicadas a cada ser humano sobre la tierra, imaginan si por cada habitante ganan un dólar. ¿De cuánto será la utilidad?
La OMC regula estas forma de comercializar globalmente y aunque no lo creamos protege esta irracional manera de negocio, que fue impuesta por el capitalismo Mundial y solo dejo una ventanita por la que en una exigencia desde la población civil contra los gobiernos y las farmacéuticas, las obligarían a levantar las reservas sobre las patentes, lo que haría que cualquier país pueda producir sus propias vacunas y con ellos agilizar el tratamiento para el Covid, dado a que como producen hoy las vacunas y en el mejor escenario donde llegara la vacunación masiva oportunamente, dicen los expertos, el mundo tardaría alrededor de 6 años para inmunizar a toda la población.
La salud del individuo no debe ser un negocio, la prevención, diagnóstico, tratamiento y rehabilitación de una persona, debe ser un servicio público de acceso inmediato, oportuno y de calidad, que le permita su reintegro a la sociedad en condiciones de normalidad, es por eso que se hace vital para sobrevivir, que la vacuna contra el Covid sea patrimonio de la humanidad, urge democratizarla y que no haga parte del mercado de especulación como un bien de consumo, esa es la tarea y hacia allí, habrá que direccionar desde las ciudadanías como una exigencia contra las farmacéuticas para que liberen el statu de posesión y la socialicen, que pueda ser producida con mayor prontitud y estabilizar la situación mundial, que colapsa todo el funcionamiento social y económico en el mundo, es la demanda que hoy nos hacen los líderes mundiales del progresismo, para que nos unamos y elevemos esas voces que permitan liberar estas barreras, que hacen de la salud del ser humano un negocio redondo en beneficio del bolsillo de unos pocos, contra el de todo el planeta.
Edilberto Muñoz. Activista social y asilado politico.