Había quedado en que hablaríamos del Pacto histórico, pero hoy el paro me obliga a aplazarlo un poco, este hecho es muy importante.
Ya los titulares de un fuerte sector de la prensa hablada y escrita, sujeta a grandes grupos económicos, junto con toda la oficialidad del gobierno, lo comenzó a estigmatizar. Que la pandemia!, Que cuidado con los vándalos!, intenta ya deslegitimarlo y criminalizar nuevamente la protesta, y con ello todas las que en los últimos tiempos se han desarrollado en Colombia, y donde la única que no ha sido en contra de las medidas que toma el estado para gobernar, dejó como resultado 15 asesinatos por parte de la fuerza pública, a la que espontáneamente reaccionó la ciudadanía y acudió, como respuesta al uso desproporcionado de la fuerza policial, que, acababa de asesinar en un acto rutinario de detención a un ciudadano, hace apenas unos pocos meses, septiembre 2020.
Pero es que en Colombia jamás se ha podido protestar contra el gobierno de turno, sin que este reaccione con violencia contra los manifestantes, sabiendo que este es un derecho, reconocido en todas las sociedades democráticas, es más, no solo el protestar, incluso La rebelión está contemplada en el derecho internacional, como un acto o hecho de los pueblos y comunidades a desobedecer y a defenderse de un gobierno de facto, o electo, cuando una sociedad es agredida usando al estado, a sus instituciones civiles y armadas, para reprimir y someter por la fuerza y el terror a una población determinada, en beneficio de unos intereses muy particulares, ajenos al conjunto de toda esa comunidad.
El uso de ese derecho de defensa es precisamente lo que generó el levantamiento en armas de un sector fuertemente golpeado de nuestra sociedad, cuando entre los años 40′ y 50′ los gbnos Conservadores de Mariano Ospina Pérez y Laureano Gómez reconocidos fascistas y antisemitas, persiguieron y asesinaron con escuadrones paramilitares a más de 300 mil campesinos liberales por ser Gaitanistas, apoderándose de sus tierras y obligando a otras muchas a abandonar sus territorios, buscando protegerse ellos y sus familias de ese horror, cabe anotar el apoyo de estos dos gobernantes al Nazismo.
Este estado Colombiano se ha movido entre dos vertientes políticas una liberal y otra conservadora en un marco de “democracia”, no necesitamos un análisis con rigor para entender que aquí hemos sido gobernados por Conservadores que lo han hecho con más tinte liberal algunos y viceversa, y que al final todos, a lo largo de nuestra historia han sido lo mismo, pues han gobernado más por sus intereses y el sector a fin con ellos en su momento, que por democratizar y generar desarrollo para toda la sociedad en igualdad de condiciones y oportunidades para toda ella, pero echémosle un ojito solo desde el famoso Bogotazo hasta nuestros días, y entre ellos hechos más relevantes.
Para terminar ese primer levantamiento crearon el frente Nacional 20 años (1958-78) 4 periodos presidenciales compartidos únicamente entre liberales y conservadores
A partir de 1957, la modalidad del Paro Cívico comienza a constituir una forma cada vez más frecuente de lucha reivindicativa: Entre 1958 Y 1966 se realizan 16 paros cívicos en el país; Entre 1967 y 1970 no se da ninguno.
Entre 1971 y 1981 se realizan 138; Entre agosto de 1982 y agosto de 1984, o sea. Durante los dos primeros años del gobierno de Betancur, se realizaron 58 paros cívicos.
De estos 212 paros cívicos registrados, 179 (84.4 %) han tenido una cobertura municipal; 26 (12.3 %) una cobertura regional, es decir, han involucrado a varios municipios; sólo 5 de ellos (2.3 %) han involucrado todo o la mayor parte de un departamento y, 2 (0.9%) han tenido una cobertura nacional (1977 Y 1981).
La mayor parte de los paros cívicos ha tenido lugar en poblaciones con menos de 50.000 habitantes. La población de los 261 municipios afectados por paros cívicos a partir de 1958. se distribuye como sigue, teniendo como base los censos nacionales de población de 1964 y de 1973 según las fechas de su realización. file:///C:/Users/NoReload/Downloads/14244-Texto%20del%20art%C3%ADculo-42410-1-10-20100525.pdf)
En el movimiento estudiantil
El 8 y 9 de junio de 1954 pasaron a la historia de Colombia como dos días aciagos para el movimiento estudiantil, dejaron trece estudiantes muertos. (https://www.elespectador.com/noticias/nacional/60-anos-de-una-tragedia-estudiantil/#:~:text=El%208%20y%209%20de,un%20gobierno%20dictatorial%20y%20represivo.&text=Eran%20las%2011%20y%2015,carrera%20s%C3%A9ptima%20con%20calle%2013).
La marcha de los estudiantes de la UIS en 1964 fue un hecho remarcable, 28 estudiantes desde Bucaramanga, recorrieron casi 500 kilómetros a pie, hasta la capital del país, en su recorrido por Santander, Boyacá y Cundinamarca se sumaron miles de personas, llegaron el 21 a la capital donde fueron recibidos por cerca de 500.000 personas con flores y pañuelos blanco, se constituyó en referente contra el autoritarismo y un grito de rebeldía para las poblaciones del centro Oriente por donde paso. (https://editorial.udenar.edu.co/revistas/rudecolombia/files/r12_155.pdf)
Mayo de 1969 el paro duró varios meses, se logró el cometido: Evitar la Privatización de la Universidad Pública.
En la década 1960 a 1970, los movimientos guerrilleros nacen con fuerza ideológica y son nutridos también, por la incorporación a sus filas de muchos de los estudiantes de las universidades públicas.
La década de 1970 a 1980 es caracterizada por grandes acontecimientos tanto a nivel nacional como internacional: en Colombia toman auge los movimientos campesinos y “la guerra de guerrillas.
El movimiento estudiantil de 1971 es visto como uno de los logros mayores en el proceso histórico de la mayor movilización. Ya que no sólo logró involucrar a casi todas las universidades públicas y privadas, sino que por primera vez una protesta de estudiantes logró congregar a otros sindicatos y gremios bajo una misma consigna: “Por una educación nacional, científica y de masas”
El país en estas décadas padece las más grandes desgracias, el nacimiento y auge del narcotráfico que, marca y permea gran parte de todas las clases sociales y políticas, dando nacimiento a una cultura denominada: «traqueta», donde los valores y principios éticos son puestos en cuestionamiento, el dinero fácil se pone a la orden del día y se pierde el valor por la vida. Masacres y asesinatos se vuelven el pan cotidiano, y se cometen los peores desmanes para impedir la extradición de narcotraficantes. El fenómeno se hace extensivo al presente, la sociedad colombiana asume vicios “traquetos”, en todos sus estamentos y clases sociales, Incluso, este fenómeno penetró a algunas de las divisiones, de los movimientos llamados libertarios del país, y al final y hasta nuestros días, la coca dirime el poder entre el hoy traquetizado estado y en la lucha armada.
Tras el asesinato del candidato a la presidencia de la Republica Luis Carlos Galán el 11 de marzo de 1990, los colombianos estaban convocados a votar para elegir sus representantes en los cuerpos colegiados: Senado, Cámara, Asamblea Departamental, Concejos, Alcaldías y juntas administradoras locales. Es decir, seis papeletas, pero el movimiento estudiantil consideró la inclusión de una séptima papeleta, la que convocaría a una «Asamblea Nacional Constituyente, dicho movimiento fue ampliamente impulsado por el amnistiado movimiento guerrillero M-19. Vale la pena recordar que la toma del Palacio de Justicia, fue terriblemente reprimida por las fuerzas Militares de Colombia, quienes entraron con sus tanques incendiando el Palacio y sacrificando vidas de gran valía. Todo esto ocurrió durante el gobierno conservador de Belisario Betancur, fueron momentos aciagos para el país, ya que el mando supremo fue tomado por las fuerzas militares, mientras el silencio embargaba la Casa de Nariño, y hasta el presente la verdad sobre estos hechos jamás ha salido a la luz pública, lo ocurrido en ese entonces llevó a que se lograra tanto la amnistía del M-19, como la intensificación de la necesidad de la Constituyente del 91. (https://www.asuntoslegales.com.co/opinion/estado-reconoce-responsabilidad-en-el-palacio-de-justicia-2074271)
Después de esto, el movimiento estudiantil estuvo en silencio durante 20 años y es solo en 2011, cuando de nuevo recobra vigencia exigiendo a todos los estamentos gubernamentales, una reforma, la Ley 30 que reglamenta la educación superior en Colombia y que logró que el gobierno de Juan Manuel Santos la retirara.
El movimiento estudiantil ha estado muy comprometido con la paz, hicieron campaña para que votaran sí al acuerdo con las farc, esa frustración, hoy lidera las reivindicaciones para la transformación del país hacia una nueva era de reconstrucción, en el pacto histórico se jugará mucho, por lo pronto hoy nos convoca hacerle frente a las impopulares y antidemocráticas medidas y leyes, que en plena pandemia intenta imponer el gobierno derechista de Iván Duque, y que debe servirnos también para recordar a Dylan Cruz, ese joven estudiante víctima de quienes reprimen e intentan callar las voces de quienes reclaman justicia, equidad y paz.
Esto apenas es el abrebocas de lo que será el proceso electoral del 2022.
El cambio está cerca, el 55/86 Congreso, es uno de los objetivos a alcanzar y lograr la presidencia con Gustavo Petro Urrego.
Otra Colombia es posible, ya había dicho que los jóvenes serán los padres de la paz, nosotros hoy, somos los abuelos de la guerra…
Les abrazo, en París estaré apoyando el paro en Trocadero.
Edilberto Muñoz.
Precandidato a la Cámara de Representantes por colombianos y colombianas en el exterior, activista social y exiliado político