Por J.A. Londoño O.
Por como muchos de ustedes saben, hace 4 años apoyé sin restricción alguna la candidatura presidencial de Sergio Fajardo V. en el exterior. Traté de manera ingenua (algo que no sabía en su momento) de intentar que un grupo armado y consolidado me aceptara como miembro. Obviamente, saltaron las alarmas de las preguntas de siempre: ¿Y este aparecido quién es? ¿De dónde salió este MK? Entre muchas otras de este tópico.
Efectivamente, hay muchos sectores trabajando en el exterior, y yo pertenecía a uno que de alguna manera venía trabajando en áreas de migración ciudadanía y derechos civiles en España. El grupo de Compromiso Ciudadano en el Exterior estaba en otro contexto. Aun así y obviamente en el concurso de gestionar votos fui “aceptado”, (mascado, pero no pasado) en este combo. Al fin y al cabo, el tiempo pone a cada uno en su lugar.
En lo que podríamos llamar ese “medio tiempo”, de esa partida, uno se da cuenta que “Esta en el lugar equivocado”. Y efectivamente yo estaba en el lugar equivocado, y les voy a contar por qué.
Un migrante como yo, trabajador, que ha sido militante de ICV (Iniciative per Catalunya els Verds, Iniciativa Por Cataluña los Verdes) este sí verdadero movimiento Verde, ideológicamente hablando, pues no tiene cabida en un movimiento conservadurísta, disfrazado de alternativo. Allí viví momentos muy difíciles y complicados, al tratar de ser esa “cabeza de ratón” social demócrata y progresista en un supuesto movimiento alternativo y no convertirme en un borrego, esa “cola de león” de lo que ahora es Compromiso Ciudadano, no solo en el exterior sino en Colombia. Me estrelle y me equivoque al creer que un “pueblo pueblo “como me llaman allá y del cual me siento muy orgulloso de ser como yo, pudiera hacer parte de este combo en el exterior.
En Colombia en los colegios y universidades privadas somos adoctrinados en neoliberalismo. Ver como ellos querían proyectar un Think Tank de pensamiento como el que ese grupo pretendía ser, sin tener la realidad económica, política y social tan diversa como lo es la migración colombiana, era una lucha en la cual yo no podía ganar. Y no podía ganar al no tener el apellido, ni el “doctorado” que ellos precisan para pertenecer a su grupo social.
En España al ver movimientos alternativos reales tales como Compromis, Podemos, En Comu Podem, Más Madrid, te da una visión de lo que verdaderamente significa el ser ALTERNATIVOS. Pues es eso lo que a día de hoy creo que necesita Colombia. Un verdadero movimiento alternativo, que sea inclusivo, propositivo y que genere la dinámica necesaria para convertir un país coaptado por el narcotráfico, hiperviolento y en vías de desarrollo en lo que puede ser El MILAGRO COLOMBIANO.
Japón se demoró 15 años en ser un milagro económico. Sufrió dos crisis económicas en los últimos 40 años, incluyendo la de los “Tigres Asiáticos”. Sufrió un endurecimiento económico que influyo de su balanza de pagos y en la importación de sus alimentos y al final logro ser una sociedad viable, en términos económicos, pero no en términos de humanidad.
El reto de este Pacto Histórico es el de lograr de alguna forma organizada, estructural y sistemática, dar los primeros pasos para que nosotros como país, como sociedad, podamos ser ese Milagro Colombiano.
Grandes problemas vendrán. Errores seguro, pero se pondrá la piedra angular para que Colombia sea un país viable, con apoyo a los emprendedores, garantías sociales para su campesinado, poblaciones autóctonas y raizales, mujeres, estudiantes, profesionales. La generación de oportunidades viene de la mano del compromiso de todos y todas de crear un nuevo pacto social.
Hoy veo en ese Pacto Histórico, en esas personas líderes en el exterior como Carmen Ramírez Boscán, fiel representante de la migración colombiana, o Gener Usuga, activista social, esa Colombia ignorada, cansada de ser apartada de los grandes debates de la nación. Esa Colombia que pide a gritos una Paz con justicia social. Esa Colombia que pide oportunidades de desarrollar empresas verdes, emprendimientos viables y no solo para ese grupito que ha utilizado las instituciones para beneficio propio.
Por estas razones me pasé al Pacto Histórico. Aquí tengo espacio como persona, como activista social Pueblo Pueblo. Donde se valora a la persona por eso, por ser persona y no por la universidad, los títulos o el dinero que se aporta a una campaña. Por eso siento que salí del lugar equivocado y estoy en el lugar correcto. Y creo que millones de colombianos se dieron cuenta que por años votaron por ese lugar equivocado.
Hoy veo a un Gustavo Petro muy maduro, inclusivo y persistente. A una Francia Márquez identificada con las necesidades de las mujeres colombianas, de los sectores minoritarios, de esa Colombia Olvidada.
Votemos por darle una oportunidad no a Petro o a Gustavo Bolívar. Démosle una oportunidad a Colombia. Los movimientos alternativos nunca han gobernado el país. Es hora de ese cambio.
En cien años de soledad, García Márquez nos llama a reflexionar, y a que pensemos en realidad que queremos ser como sociedad. De igual forma nos empuja a aprovechar la oportunidad, porque esa oportunidad es única, irrepetible.
Los colombianos tenemos esta oportunidad el próximo 29 de mayo. Esa oportunidad que es única y es irrepetible. Depende únicamente de nosotros como sociedad definir el futuro, nuestro futuro como colectivo, si lo cambiamos o si definitivamente seguimos en esta espiral, esta debacle sumergida en violencias, narcotráfico, desigualdades y odio. Está en nuestras manos.