Ojalá

«Ojalá», es una canción de amor. De amor loco y desesperado, como todo amor verdadero, compuesta por Silvio Rodríguez, canta autor cubano, de la «nueva trova cubana», durante un viaje de cinco meses, en un barco pesquero, llamado «Gramma», por las costas Africanas. La canción la hizo en homenaje a Emilia Sánchez, su primer gran amor, quien era profesora de filología en la Universidad de Camagüey. Compuesta en 1969, pero editada y publicada en 1978, dentro del álbum musical, «Al final de este viaje».

«Ojalá», es una interjección, un adverbio dubitativo, que proviene del árabe andalusí (shaa allaah), y que significa -si dios quisiera-; es un deseo no real, pero posible; denota el vivo deseo de que algo suceda; es la esperanza, ante la realización de algo.

En nuestro continente, América… América Latina, el continente de la vida y de la muerte; el continente de la riqueza y de la pobreza; el continente de las y los nadies y de cien años de soledad… la expresión, «ojalá», «ojalá pase algo», «ojalá, si dios lo quisiera»… denota ese profundo sentimiento de esperanza y de fatalismo.

Acaba de producirse, el milagro en Colombia: El 19 de junio de 2022, que parece ya tan lejano, por la velocidad de los hechos producidos, Gustavo Petro y Francia Márquez, fueron, abrumadoramente elegidos, Presidente y Vicepresidenta. Parece que fue ayer, que fue una bonita pesadilla, de esas tan bonitamente escasas, que suceden a veces; hoy lo siento como una de esas resacas, de fiestas de verano, que vivimos en Tours, en Poitiers y en París, con gente bella… o en cualquier lugar del mundo, en esta extensa nación de la exclusión y del olvido, que es la diáspora; sin embargo, la posesión concreta de nuestro Presidente Gustavo Petro, apenas será el día 7 de agosto.

Fecha histórica que selló nuestra primera independencia, en la batalla libertadora de Boyacá. ¿Será que en la gesta de las urnas, sellamos y hoy, desde el solio de Bolívar, el inicio de nuestra segunda gran independencia? Ayer, derrotando al yugo español y hoy a los mercaderes de la guerra y la muerte.

¿Será que es posible, posesionarnos? ¿Que esta vez no pasará nada? ¿Que el sortilegio ya produjo sus efectos? ¿Que se ha roto la maldición y podemos ser felices y vivir sabroso? ¿Que Colombia despertó, votó y dijo basta? ¿Seremos gobierno, cambiaremos la historia, empieza la era y el reinado de la vida, la paz y el amor? ¿Tendremos todos y todas, la altura, la grandeza, la mira, la generosidad, la sensatez, el sentido común, de hacerlo, permitirlo y generarlo?

¡Ojalá!!! Ojalá!!! Ojalá!!!

Igual que Silvio Rodríguez, «estaremos al final del viaje, del viaje horroroso, de la miseria, la opresión, la muerte y la exclusión… Para iniciar otro, ojalá el definitivo, hacia la humanización de nuestras relaciones, la libertad, la relación amorosa con los animales, las cosas, la naturaleza, los otros; el de la segunda independencia de los poderes neo imperiales, neoliberales, del capitalismo salvaje, del fascismo, del consumismo atroz, de la ignorancia… El nuevo viaje hacia una era de paz y concordia, hacia los cien años de solidaridad y amor, hacia la segunda oportunidad sobre la tierra.

Ojalá lo hagamos, ojalá lo permitamos, ojalá encontremos el reposo y el equilibrio, en la tensión de este cambio necesario, histórico e impostergable.

Ojalá tengamos la paciencia, la sabiduría, la fuerza y la unidad multicolor y sinfónica para hacerlo.

«Ojalá se te acabe la mirada constante, la palabra precisa, la sonrisa perfecta…»

Silvio Rodríguez

Bilbao, 06 de julio de 2022, en la entrega del Informe Final de la Comisión de la Verdad, capítulo la diáspora y no solo el exilio.

José de Jesús Ramírez Vélez

Líder social, militante del M19, exiliado político, miembro de Colombia Humana y Ciudadano del Mundo.