Malestar en los cárteles

Un enorme malestar anda suelto por estos días en los diferentes cárteles y mafias en Colombia ante la posible victoria en primera vuelta del candidato presidencial Gustavo Petro.

Y es que cuando hablamos de cárteles pensamos única y exclusivamente en aquellos que se dedican a la exportación de cocaína, emprendimiento empresarial que por cierto, heredaron del desaparecido Pablo Escobar Gaviria y quien logró infiltrar casi todas las alas del estado y la fuerza pública en Colombia al punto de ordenar el asesinato de candidatos presidenciales que amenazaban la estabilidad de sus negocios.

Con lo anterior queda claro que aparte de una gran mafia de cárteles exportadores del producto blanco, se crearon de forma paralela, una seria de pequeños cárteles dentro de las instituciones del estado, tales como la fuerza pública, comenzando por el departamento administrativo de seguridad DAS, quienes colaboraron de manera comprobada con agentes del narcotráfico y el paramilitarismo y que participaron directamente en el asesinato de Luis Carlos Galán o del mismo Carlos Pizarro. Estas mafias además se organizaron para saquear el estado, apropiándose directamente de la contratación general y con lo que no solo deciden a quienes darle los contratos de obras civiles, sino que también cobran prebendas por entregar puestos de trabajo en los diferentes cargos de las entidades estatales.

Para este propósito, que evidentemente no era solamente el de servir a los ya gestados cárteles de la droga y con quienes colaboraban, permitiendo la movilización de esta por todo el territorio, sino también el saqueo de las arcas públicas, ahora necesitaban aliados políticos generando la compra de votos por todos los territorios para que a los cargos de elección popular llegaran única y exclusivamente aquellos que hacían parte de los cárteles de saqueo. Entidades como la registradora ha sido duramente cuestionada a través de las últimas dos décadas, pues se rumora que el pueblo vota de día y el registrador en la noche y, que para acceder a un cargo en el Congreso de la República, por ejemplo, se requiere de un aporte de unos 4.000 millones de pesos aproximadamente, y lo peor, muchos acceden tras el gran negocio que pueden desarrollar una vez elegidos y asociados con los diferentes cárteles de corrupción que ya funcionan al interior del estado.

De todo esto hay conocimiento, son muchos los escándalos hasta el momento, muchos incluso han declarado al respecto en audiencias judiciales, muchas condenas, podríamos citar rápidamente el escándalo por la reelección del expresidente Álvaro Uribe Vélez, donde se comprobó la entrega de notarias a diferentes congresistas a cambio de votar favorablemente una reforma constitucional y sin hablar de las diferentes declaraciones de ex paramilitares que acusan al expresidente de haber recibido apoyo de los paramilitares en las distintas regiones del país.

Pero a pesar de esto, hacía falta algo: permear la justicia, sí, era necesario que jueces fiscales y magistrados jugaran del lado oscuro del país, así que las alianzas en este aspecto a cambio de dinero comenzaron a dar fruto y conformaron asociaciones para delinquir desde la justicia tales como el cártel de la toga. Para esto se requería que la unión de los diferentes cárteles surgiera una alianza estratégica, capos de la droga, miembros de la fuerza pública, políticos que elijan a los fiscales y presidentes que gobiernen para ellos. Y así ocurrió.

Sin embargo, para que todo esto fuera posible, aún faltaba un eslabón más, los medios de comunicación; y es que estos son principalmente el factor fundamental que permite que ninguna de las tramas contra el pueblo sea conocida, para que los capos exporten su cocaína, para que los mandos de la fuerza pública les ayude a narcos y a paramilitares, para que los políticos se roben el pueblo, para que el registrador cobre 4000 millones por la elección de un senador, para que el fiscal no investigue, para que el juez no condene, para que el presidente de la orden y nadie lo sepa, se requiere de unos medios de comunicación que callen a cambio de los billetes de todos ellos.

Así funciona nuestro país, mientras los niños pasan hambre, no van a la escuela porque no hay escuela, no se pueden conectar en las zonas rurales a internet porque se abudinearon 70.000 millones para la conectividad, los medios están empeñados en desinformar utilizando métodos como el de satanizar a los jóvenes de la primera línea, o simplemente haciendo que el escándalo de la semana sea una persona como yo que escribió una columna mostrando al país quienes son la familia Gnecco y el que «periodistas» como la señora Dávila guardan silencio a pesar de pertenecer a esa familia.

Hoy, hay MALESTAR EN LOS CÁRTELES que desde la cocaína, la fuerza pública, la justicia, los políticos y la prensa, ven como una amenaza la posibilidad de un cambio de línea de gobierno en el país. Están preocupados todos aquellos que se han saqueado al estado, que han asesinado a nuestros jóvenes y robado las tierras de campesinos y campesinas, desplazándoles no solo de las regiones, sino condenándoles a la miseria absoluta.

Hay MALESTAR EN LOS CÁRTELES que ven con preocupación que a partir del 7 de agosto, tal vez no van a recibir más las grandes sumas de dinero que permite a sus medios de comunicación mantener sus mentiras, y, en cambio, puedan ser los medios alternativos quienes tomen fuerza para contar la verdad.

Hay MALESTAR EN LOS CÁRTELES que sienten con preocupación como un cambio de gobierno les obligará a ir ante la justicia y tal vez tengan que pasar muchos años en las cárceles por delitos cometidos que no quedaran en la impunidad.

Hay MALESTAR EN LOS CÁRTELES que colaboraron con el asesinato de más de 6402 jóvenes inocentes en estado de indefensión, y que hasta hoy no pueden ser reparadas sus familias ni contadas las verdades, porque medios de comunicación, han decidido no informar y, en cambio, guardar verdades en sus gavetas que imagino yo, deben tener un tamaño exorbitante.

Hay MALESTAR EN LOS CÁRTELES que ven con rabia, como el candidato presidencial Gustavo Petro toma cada vez más fuerza, y como esa fuerza viene sobre todo de las bases de la sociedad, de un pueblo que es precisamente víctima permanente de los cárteles y mafias que durante años les han sometido a la desigualdad y el horror.

El tiempo llegará, con él, las decisiones del pueblo, y al final, sin importar lo que ocurra, la verdad saldrá a la luz.

Gener Usuga

Activista político, líder social y defensor de derechos humanos.

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