Fotografía: Ricardo Stuckert
Luis Inacio Lula Da Silva, posee todas las posibilidades para ganar mañana, en primera vuelta, las elecciones presidenciales en Brasil. La última encuesta, (en Brasil anuncian resultados a la víspera sin problema alguno, no como en Colombia, donde todo lo tapan, a más no poder, por esas leguleyadas rancias y sin referencias), la entregó Datafolha hace una hora, la única encuestadora creíble. Lula supera el 50% con una precisión de un 3%. Bolsonaro lo sigue con un 36% de intención. Sin embargo, a ciencia cierta, valdría la pena refrendar la importancia de Lula por sus orígenes progresistas, como nuevo presidente de Brasil para un tercer periodo.
Creo que es hora de saber que Brasil no es cualquier país. En tiempos de Lula, llegó a ser la sexta economía mundial, y por supuesto, la primera de por aquí. También fue el primer productor de alimentos proteicos a nivel mundial, llegando a exportarlos en un porcentaje de su producción que superó el 20%. Brasil es el país que tiene fronteras con todos los países del cono Sur, a excepción de Ecuador y de Chile. Ese gigante, qué se erige indiscutiblemente como líder en Latinoamérica posee una diversidad racial envidiable. La selva amazónica es el mayor productor de oxígeno en el globo terráqueo. Todo este preámbulo es importante que se sepa, no tanto por lo que es el país sino, por lo que a futuro puede ofrecernos a todos.
Ahora bien, ¿Por qué es tan importante la elección de Lula, como presidente mañana, en las elecciones en Brasil?. La modesta respuesta de mi parte, la voy a enfocar en términos pragmáticos, más qué en la sonroja de cualquier político primerizo de izquierda. Al Lula terminar en el 2010, con una aprobación de su gobierno del 80%, se constituyó en todo un fenómeno político. Sus reformas y el cambio social que ejecutó en sus dos mandatos, timbró todas las fibras del estamento privado y público de su país. Yo fácticamente lo catalogo como una verdadera revolución en democracia. Se apersonó del país, mejoró la educación, fundó nuevos colegios y universidades, bajo los índices de pobreza, incrementó la asistencia a los desposeídos, la clase media experimentó una subida que nunca había conocido, el producto interno bruto tuvo un crecimiento fundamental, el sueldo mínimo en sus 10 años lo subió en un 80% y se palpó un bienestar arraigado en todo el Brasil como nunca antes. Fue curioso que todas las cadenas como la BBC, CNN y otras, salieran presurosas a entrevistar y a agrandar a Mujica, antes que este hombre.
Lula, por extracción, es un hombre de pueblo, tornero, camionero, se voló el dedo meñique de su mano izquierda en un accidente laboral y es por antonomasia, enteramente conciliador. La única condición que le pone para pertenecer al Partido de los Trabajadores, es que el militante se adhiera al consenso de la mayoría. Lo más resaltable de él es que le gusta la arena internacional y le dio a Brasil y a toda Latinoamérica en su gestión, una validez y presencia que nunca habíamos experimentado. Esa capacidad de escuchar al otro, de integrar, de conciliar, de aunar esfuerzos por el bien común latinoamericano, es probablemente lo que considero más resaltable en toda su esencia como político y como diplomático negociador. Esa praxis llevó a incrementar en un 60% sus relaciones comerciales con sus socios latinoamericanos.
El aspecto simbólico es importante, pero su sujeción a la incorporación de Latinoamérica como una asociación de países con solidez y presencia, es quizás, su visión más clara al respecto. Lula se va a entender muy bien con Petro, en las itinerancias políticas radicadas en lo ateniente a la unidad, por la lucha geoambiental de la selva del Amazonas y temáticas afines. Si en su tiempo, en los corrillos de las Naciones Unidas se habló de lo cerca que estuvo Brasil de ser miembro permanente del Consejo de Seguridad, ahora existe una grandísima probabilidad de que eso sea factible.
Recuerden su afabilidad, su sonrisa permanente y su apoyo a todos los candidatos vecinos progresistas y de izquierda. Lula es un aglutinador de marras, es un ser social que vio como su país lo pudrieron de vuelta. Su valía radica precisamente en eso, en su humanidad y su conectividad con nuestros países. Cuando los badulaques políticos de Brasil, diseñaron el país para que surgiese exento de las relaciones con sus vecinos, Lula apostó por la unidad de Latinoamérica. La Unión de por acá, será más asequible, más tangible y expedita con Lula a cargo de ese gigante. Ojalá y sea en primera vuelta, aunque en segunda, también se podrá… El progresismo es verde señores… El aire no se pinta de azul…