Creo que no han pasado sino unos días o meses y ya en Chile, se oye el tronar del avance del nuevo proceso constituyente. Todas estas propuestas, de por sí no dejan de ser impactantes y atractivas en todos sus aspectos. ¿Acaso eso no implicará una influencia en todos los recónditos latinoamericanos?. Pues eso no lo sabemos. Es probable que lo definamos como una especie de carta al preludio de una revolución silenciosa, donde las mujeres juegan un papel fundamental. Si parodiamos sus orígenes, nos tendríamos que remitir a los días de protestas en la plaza Italia dos años atrás; claro que de aquí a nuestros días, son muchos los amaneceres que nos han endulzado la vida con sus rayos de soles francos. Por tanto nos preguntamos, ¿qué ha pasado desde entonces?, ¿quién lleva la iniciativa en las propuestas?, ¿a dónde se dirige el barco?. ¿De alguna manera serán influencias que llegarán hasta nosotros?. Son preguntas pertinentes a la vez que capciosas, pero tienen todo el asidero de la validez y de la verdad.
No hay que ser un desentendido para lograr captar no tanto el cambio del mundo sino lo mismo de siempre: el pensamiento de las personas y el común de todos los sentidos, son más críticos y racionales que el establecimiento económico. Es que es muy difícil luchar con el excedente o la ganancia que no tienen límites, al tiempo que la miseria, el hambre y el sufrimiento se esparcen por toda la órbita mundial. No esperemos ninguna clase de solidaridad, de paridad o de empatía con base en los sistemas económicos actuales y por tanto, de alguna u otra manera, todo esto se reflejará en las cartas de navegación de todos los países. Por ejemplo, ¿qué puede significar para Chile la nueva propuesta de reforma legislativa donde prácticamente el Senado desaparece?. Para todos es verdad que el sistema legislativo encara mucha de la sobradez y exclusión de tiempos de la colonia. Lo digo de esta forma: está bien nos separamos de España pero los regentes quisieron seguir siendo españoles, de ahí el racismo, la exclusión y todos esos problemas que configuran un tremendo desliz en la armonización social, se sigue mal viendo al afro, al indígena, a los pobres y los culpamos de todas nuestras debacles. Esos son algunos ejemplos porque con el articulado referente al reconocimiento de los derechos de los seres sintientes (que de animales no tienen ni un pelo), la eutanasia reconocida constitucionalmente y otros perendengues certeros, harán que nuestra constitución del 91 sea un papelón amarillento y desilachado.
La nueva carta magna cuenta con más de 290 artículos y va en crescendo… ¿Acaso no será que dentro de las expectativas de cambios, que han de llegar a Colombia, no se contemple una actualización y ajustes de la carta magna colombiana?. Sembramos estas inquietudes porque la estilística de la dialéctica no cesa, nunca termina, somos paridos por una explosión que genera implosiones mentales y ajustes generativos. No nos podemos quedar incautos y pasivos a la vera del camino mientras el mundo muta a cada instante. Los científicos cada vez se distancian más de las realidades perennes y menos apuntan a las soluciones prioritarias. ¿Acaso tenemos que convivir con un solo período presidencial cuando un presidente está haciendo bien las cosas?, ¿será que la diversidad de géneros y la tremenda influencia de nuestras féminas no estarán nunca reflejadas en nuestros derroteros?. Todo eso merece respuestas, el mundo muta, la expansión prosigue y la implosión de pensamientos vanos y sin sentido, trastornan nuestras mentes. Hay personas haciendo constituciones, la democracia cambia a cada rato y la problemática coyuntural, que nunca apreciamos, no puede pasar de agache. La codicia es contraria a la amplitud…
Por Víctor Hugo Marenco Boekhoudt
Ingeniero Geominero, MSc, Consultor, Especialista en Geomorfología, Suelos y Estabilidad de Terrenos, Opinador y Columnista