El día viernes 24 de noviembre ha entrado en vigor una tregua de 4 días entre Israel y Hamas, después que ambos llevaran a cabo el primer intercambio de rehenes por presos palestinos como parte de un acuerdo para liberar a 50 secuestrados por el grupo islamista a cambio de 150 prisioneros.
¿De qué trata este acuerdo de tregua entre Hamas e Israel?
Hamas y portavoces del gobierno israelí dieron a conocer detalles de la tregua pactada en entre ambos bandos, entre estos se incluía:
- Un cese al tráfico aéreo de aviones y drones por parte de Israel, en el sur de la Franja de Gaza, por la duración total de la tregua. Por su parte Israel se compromete en liberar a 150 Palestinos que tiene prisioneros
- Hamas tendrá que liberar a 50 rehenes de los 240 capturados, mujeres y niños, esto se llevará a cabo en 3 momentos durante los 4 días que dura la tregua pactada
- El gobierno de Israel declaro que se podrá alargar el alto al fuego con nuevas liberaciones, cada liberación de 10 rehenes significará un día más de tregua
- La Cruz Roja trabaja en Gaza facilitando la liberación de los rehenes, que son retornados a través de Egipto, mientras los prisioneros Palestinos en Israel, son transportados en autobuses hacia la sede presidencial de la autoridad Palestina
Un par de cosas a tener en cuenta frente a este acuerdo:
- Se supone que la tregua debía empezar el jueves 23 de noviembre, sin embargo, funcionarios de Israel declararon que esta no empezaría hasta el viernes, lo que resultó en una noche de horror con bombardeos que afectaron los generadores de energía del Hospital Indonesio de la Franja de Gaza
- En Israel hay al menos 7200 presos palestinos, entre los cuales hay 88 mujeres y 250 menores de edad según dio a conocer la Sociedad de Prisioneros Palestinos el pasado miércoles.
Durante la jornada del viernes fueron puestos en libertad los primeros trece rehenes y al día domingo, Israel confirma la liberación y entrega a la Cruz Roja del tercer grupo de secuestrados por el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) durante los ataques del 7 de octubre contra territorio israelí, los cuales se encuentran ya en Egipto tras cruzar el paso de Rafáh, en la frontera con la Franja de Gaza.
Estos últimos días de la semana, además de significar un atisbo de esperanza de poner fin a la guerra entre el grupo miliciano Hamas y el Estado de Israel, en su versión año 2023, pues es importante recordar que hace décadas el territorio de Gaza no pasa un solo año sin ser bombardeado por el régimen Sionista; también nos convoca a hacer un balance de las infames cifras que deja este “conflicto” que es catalogado, incluso por autoridades de diferentes países como una “masacre” perpetrada contra el pueblo palestino.
Hasta la fecha se calcula que los bombardeos israelíes han costado la vida a más de 14.100 personas en la Franja de Gaza, cifra del ministerio de Sanidad palestino, esto incluye alrededor de 5.000 niños, mientras se estima que hay otras 6.800 personas muertas bajo los escombros.
Se ha caracterizado también por un bombardeo informativo, se producen muchas noticias al día, desde diferentes medios noticiosos de múltiples países (sin mencionar la difusión de estas noticias, por videos grabados por habitantes en Palestina e Israel).
¿Cuál ha sido el papel de la prensa en este conflicto?
Algo que se hace evidente es la caída libre de la credibilidad de las declaraciones por parte del Gobierno de Israel. Durante las primeras semanas estas tenían una mayor prioridad para los medios occidentales, que cualquier cuestionamiento a la realidad que estaba sucediendo, lo que ahora se observa es una tendencia a develar las omisiones y manipulaciones realizadas por el aparato mediático que apoya a Israel. Un ejemplo de esto, es el ataque al hospital Al Shifa, el cual fue convertido en objetivo militar bajo el pretexto de ser un centro de operaciones para Hamas, el más grande complejo hospitalario en Gaza fue sitiado, luego intervenido y grabado con el propósito de demostrar su teoría. El resultado fue contrario a lo esperado, pues fueron analistas de la CNN quienes cuestionaron los “hallazgos” hechos. No está claro de dónde vino el segundo AK–47 y por qué no es visible en el clip anterior de las FDI, afirmo la CNN.
Ante este escenario, llama la atención la gran difusión que ha tenido la narrativa Sionista sobre este conflicto, es claro entonces que cualquier corrección o retractación de una “Fake News” llega tarde a un mundo donde la inmediatez es primordial, el consumo de información es masiva y cuando esta se produzca en simultáneo con el hecho ocurrido, lo que continúa limitando la reflexión, la confirmación de la información y la crítica de los hechos reportados.
Esta perspectiva no se ve contrariada por la crisis de credibilidad que atraviesa el gobierno de Netanyahu, sino más bien, recoge la realidad de un gobierno hoy cuestionado, pero que en su momento logró operar sin restricción bajo la protección de sus medios de comunicación y la narrativa difundida por los grandes medios occidentales.
¿Qué siembra para el mundo un periodismo que despliega toda su enorme capacidad para cubrir un conflicto armado, un atentado o una ofensa entre actores con capacidad militar, y no lo hace de la misma manera para reportar diálogos de paz o acuerdos para el desescalamiento de una guerra? ¿Qué pasa cuando el periodismo por manipulación u omisión se presta para reafirmar la narrativa de guerra de uno de los bandos sin contrastar ni criticar la información que este suministra? ¿Es parte del arsenal de guerra de un actor armado, el medio noticioso que recurre a estas prácticas? ¿Es posible defender la libertad de prensa desde agencias de noticias acusadas de promover la censura contras sus propios periodistas? Son preguntas que nos deja la larga jornada de guerra, dolor y muerte, iniciada como represalia por el atentado perpetrado por Hamas el 7 de octubre en territorio de Israel.