Hacia una transición ecológica y ecoocreativa. Preguntas claves para tener nuevas alternativas de gobierno

El capitalismo como modo de producción y reproducción del mundo humano se confronta a una crisis en que lo económico no es lo central. Destruyendo la humanidad desde el exterior (la biodiversidad) por lo tanto se impone a todo. Esto es porque va destruyendo las condiciones de su propia sobrevivencia siendo su propia condena, en última instancia (como los virus exitosos que mueren precisamente de tanto éxito). El antropo/capitaloceno trae muchas consecuencias por una degradación de las condiciones de posibilidad de la vida a una velocidad inesperada, nunca vista en la historia geológica terrestre. Los vivientes estamos confinados a la zona del oxígeno en un espesor de poquitos kilómetros entre la superficie de la tierra y la atmósfera terrestre. Los científicos nos alertan desde hace más de cincuenta años la urgencia de los cambios, para que no sea tarde -aunque ahora la frase empieza a cambiar de modo significativo, agregando el “tan” tarde-.

 Toda crisis trae consigo como lógica del Yin-Yang nuevas oportunidades y posibilidades de experimentación y creatividad. Nuevas elecciones democráticas en todo el continente son la oportunidad para otras orientaciones colectivas y reorientaciones de sentido de las repeticiones políticas que ya no podrían no ser la necedad obsecuente patológica de la avidez desmesurada por adoración de fetiches de valor (divino, financiero, ideológicos), a los que sería mejor dejar de lado. Todo se conjuga en América Latina y en Argentina en particular para que la inteligencia, la voluntad y la perseverancia se pongan en acción. La pregunta es no solo qué hacer y cómo gestionar los recursos siempre escasos, sino además como formular las buenas preguntas, propiciar los espacios adecuados para tomar las decisiones más pertinentes para orientar las acciones eficazmente y las inversiones de recursos de la comunidad para responder del mejor modo a los desafíos actuales. Algo es seguro, son necesarias e indispensables transformaciones profundas para la transición ecológica. Esta transición es ya revolucionaria en sí misma, si se lleva a cabo. Porque los tiempos apremian y el aumento de la temperatura no reconoce poder volver atrás rápidamente a temperaturas más convenientes para la vida. La alternativa al desmoronamiento ambiental planetario que genera el antropo/capitaloceno, que parece ineluctable. Debe ser por esto mismo realista y eficaz, abandonando la sociedad de mercado, pasando a ser otra vez sociedades con mercados con la inteligencia que sean subordinados a las decisiones políticas colectivas, según las necesidades vitales no solo de los humanos.

Orientaciones políticas ecoocreativas para dialogar, preguntar, pedir, sugerir y/o exigir a los candidatos

La ecoocreatividad (ecología, cooperación, creatividad) es una perspectiva filosófica que he adelantado en el libro de próxima edición por la editorial de la Universidad de Villa María EDUVIM, que promueve cambiar el sentido político y cultural de las sociedades hacia una mayor igualdad y sostenibilidad ambiental. Es una decisión e intencionalidad expresa de un nuevo imaginario que le apuesta racionalmente como sentido de lo político postneoliberal, afrontando los problemas y desafíos que han generado en el continente las políticas del Consenso de Washington. Por esto, consideramos que en América latina no hay solo dificultades sociopolíticas y económicas en sentido desarrollistas a los que deben responder las tendencias de cambio e innovación. Sino fundamentalmente ecológicos, haciéndolo de estos últimos problemas inéditos, holísticos, transversales e integrales. Es por lo que democracia y ecología, desde la perspectiva ecoocreativa, son inescindibles en la construcción de sentido de un nuevo imaginario sociopolítico, que busque englobar el campo de lo posible y lo real del buen vivir.

Los puntos que siguen a continuación son indicaciones rápidas, presentados de modo superficial para abrir el dialogo con los decisores políticos actuales y futuros. Es una sugerencia para ir preparando la formulación de las preguntas que nos interesan,  para abordar la complejidad de la situación actual. Estos ocho puntos pueden ser también usados como cuestionamientos, sugerencias, peticiones y/o imperativos, eso depende de la perspectiva de cada uno como ciudadano autónomo y libre en referencia al sentido que uno desee como destino colectivo. Remitimos para quien quiera profundizar en estos temas a nuestros doce puntos que hemos propuesto precedentemente al movimiento cooperativo, para ampliar la reflexión para una sociedad ecoocreativa[1].

  1. Los propietarios y dirigentes de empresas que contaminen y degraden el ambiente deben ser desposeídos de toda ventaja fiscal o subvenciones estatales. Es decir, dejados de lado sin compensaciones económicas, reorientando sus actividades productivas y de I+D hacia la transición ecológica. Ser deberá ir poniendo límites normativos y sistémicos a todas las actividades que no respeten los acuerdos internacionales de reducir drásticamente las emisiones ligadas a energías fósiles.
  2. La fiscalidad de bienes y servicios a nivel territorial, regional, nacional e internacional deben reestructurarse para reintegrar los desarreglos y daños cometidos en la producción y consumo que se inflige al capital natural. Deben ser pensados a la vez para reducir las desigualdades socioeconómicas existentes en todos los niveles. ¿Es posible y deseable la transición ecológica con desigualdades económicas crecientes en la distribución y responsabilidades de los costos?
  3. Las instituciones financieras y de crédito internacionales, regionales y nacionales deben centrar su acción en la transición ecológica, encareciendo las actividades productivas y de consumo que utilicen energías fósiles. Los mercados financieros al igual que los mercados económicos deben estar subordinados políticamente en todos sus niveles por los imperativos climáticos que son desafíos a las condiciones vitales de los Terrestres.
  4. Dar personalidades jurídicas adaptadas a formas democráticas locales para la protección y ampliación del capital natural. Guardianes de la naturaleza, representantes legales-jurídicos que toman la voz de ríos-especies, asambleas representativas de los actores involucrados, consultas y plebiscitos, promoción de modos de gestión cooperativos, inclusión de asociaciones, cámaras de representantes sectoriales. Cada lugar debe adaptarse a su modo de democracia local con modos representativos directos e indirectos, porque la participación y las decisiones serán vinculantes como proceso de radicalización y profundización democrática.
  5. Recentrar desde una racionalidad cooperativa y ecológica los costos, los beneficios y los desafíos de los modos de vida y de la gestión colectiva sin reproducir esquemas hegemónicos coloniales, de subordinaciones de fuerzas militares-económicas ligados a la geopolítica hegemónica eurocentrada. (Las objeciones políticas son tan obvias como los prejuicios filosóficos que reproducen a modo de complicidad los esquemas de destrucción ambiental y sometimiento masivo)
  6. La transformación del modelo productivo y de consumo, la ampliación de lo común en su uso acceso y usufructo es un imperativo que implicará el debate del concepto de propiedad, igualdad, libertad y solidaridad. Un nuevo paradigma o “nuevas luces” se abre en el horizonte intelectual. Por esto, los activos y pasivos económicos deben reevaluarse en función de los objetivos a mediano y largo plazo. Los efectos externos deben evaluarse como costo y definir quien se hace cargo de daños y perjuicios a corto y mediano plazo. Reorientar el consumo y las elecciones de vida a un modo compatible para la mayoría. El 10 % de los más ricos del planeta son responsables del 50% de las emisiones de gas de efecto invernadero al año, el 1% más rico emite 110 ton de CO2 por año de media, el 50 % de los más pobres el 1,6 ton, el 10 % más rico 31 ton, según el informe de Chancel & Picketty (2022, World Inequality Report, https://wir2022.wid.world/ )
  7. Los precios deben contribuir a orientar las decisiones de producción y consumo, en referencia a las prioridades de la transición ecológica. Los efectos y costos externos no deben absorberla impunemente la sociedad.
  8. La publicidad debe ser reorientada por la transición ecológica definida por la comunidad política de los ciudadanos, abandonando los criterios de la sociedad de consumo. La sobriedad y la discreción son valores en sintonía con la Vida Buena ecológica, cooperativa y creativa.

Lo cierto es que la transición ecológica que deberíamos comenzar con mayor determinación nos muestra que nuestra dependencia de las energías fósiles es una adicción insuperable en el corto plazo, según los imperativos actuales macroeconómicos. El crecimiento es un imperativo interno de la mundialización económica actual: no hay capitalismo sin crecimiento económico. Para esto hace falta más materias primas y más consumo de energías fósiles, situación antagónica con los compromisos y consejos científicos para no superar los 2 ° centígrados en las próximas décadas. Ni las innovaciones tecnológicas ni sistemas políticos modernos salvíficos parecen venir al auxilio que demanda la situación. Es momento entonces de abrir nuevos horizontes civilizacionales, ya que mientras más demoremos más duro será el aterrizaje a la comprensión por “carne propia”, de lo que ya los informes del GIEC dejan entrever. ¿Cuán lejos o cuan cerca estamos en lo que necesitamos y queremos para nuestras sociedades, para el futuro de nuestros hijos y de todo lo viviente en los relatos, discursos y promesas de los candidatos actuales?


[1]Revista Idelcoop nº 238 – Noviembre 2022https://www.idelcoop.org.ar/revista/238/ecologia-cooperativismo-y-creatividad-doce-porpuestas-orientar-politicas-cooperativas