Por Isis López González
“No quiero una persona como él siendo presidente de mi país”, dijo el representante del voto en blanco, Sergio Fajardo, sobre Gustavo Petro para el diario El País de España. El periodista ambienta el momento y uno va contemplando el río que pasa frente a su balcón, entre frondosos árboles y el cantar de los pájaros que vuelan como su imaginación, desde el mismo hábitat de los políticos y el jetset colombiano. (Ver entrevista).
En desarrollo de la entrevista uno se va desplazando por el lenguaje del personaje y ve ciertos reflejos que muestran lo que él odia en sí mismo: describe en Petro lo que su interior exterioriza. En sociología se habla de tres estados del ser humano: uno donde aún se cree en cuestiones sobrenaturales; otro, un “estado metafísico”; y una etapa inmadura de razón vaga. Se cuestiona todo el tiempo, dando respuestas abstractas para cubrir su necesidad de saber, pero como no hay base científica cambia la idea constantemente. En el caso que nos ocupa, se puede pasar de Rodolfo a votar en blanco, y rechazar de un solo tajo la racionalidad del proyecto de Gustavo Petro.
Para Fajardo, Petro es un “mesías” porque propone que Colombia entre en una etapa sostenible ambientalmente: En el deber ser, lo que el uribismo no ha logrado en 20 años: un Estado de derechos sociales, económicos y políticos. Pero Fajardo insiste que “es imposible”, y que su país solo lo puede construir Rodolfo y mejor si es con cemento de Argos porque apoyan sus campañas políticas junto a la de Claudia López. Y si no, vota en blanco.
Uno se imagina a Sergio hablando desde su privilegio en los cerros orientales: “hoy, después de cuatro años de vivir todo lo que he vivido, de pensarlo, vuelvo y voto en blanco”. Yo, una simple trabajadora social le pregunto:
¿Usted sacó un pañuelo rojo por su balcón en pandemia?
¿Ha estado desempleado los últimos años?
¿Ha sido desplazado o exiliado?
¿En su barrio le asesinaron un líder comunitario?
¿El voto en blanco frena los asesinatos y desapariciones de jóvenes?
¿Le han abudineado en su departamento o en su ciudad la comida del PAE?
Si la respuesta es no, no conozco su país y seguramente allá si #SePuede votar en blanco.
Declarar en un medio internacional que le hubiera ganado a Petro en segunda vuelta, es engañar a sus seguidores: para que eso ocurriera debió ganar en la primera vuelta. Pero el país no lo eligió, contrario a sus afirmaciones para el diario. ¿Está usted atravesando por un estado de negación? cuando alguien se está hundiendo, dejarlo ahogar no es una posición crítica. Al contrario, es la dejadez del “espíritu tranquilo, sobrevolando los cielos de Ituango” mientras todo se derrumba.
Ahora llama a votar en blanco, pero entró por la puerta ancha del apartamento de Rodolfo, un candidato imputado por corrupción. Por él sí se podía votar, le hizo lobby con sus propuestas, y como todo en la casa del constructor, incluida la familia, la palabra, los negocios, la dignidad y la decencia fue ubicado en el retrete.
Señor Fajardo, las ideas quedan, los hombres pasan. Colombia le pide una oportunidad y una lectura del momento histórico. Lo personal no puede estar por encima del proyecto de país y del sufrimiento del pueblo colombiano.
¿Por qué no trabajar para que las ideas sean posibles y para que los hombres y las mujeres colombianas sean cobijados por un nuevo país, donde los derechos constitucionales sean una realidad? Haga parte del gobierno del cambio, dele la oportunidad a Francia Márquez, a las negritudes, a las mujeres, a los trabajadores, a los lideres ambientales, a los desmovilizados, al proceso de paz, a que los recursos públicos sean sagrados. No deje solo a Antanas Mockus, nosotros en su momento los acompañamos a ambos con nuestras familias y soñamos un país decente y posible, con oportunidades; los acompañamos porque quisimos, a nosotros no nos pagaron.
Hoy le pedimos haga Patria, que ayude a transformar a Colombia. Lo invitamos a que NO vote por rechazo a Petro. Vote por Colombia, vote por el proyecto donde usted también está incluido, porque Petro también tiene un Sergio Fajardo en su interior. Invite a votar por el cambio este domingo. Ponga de moda la decencia, para que Colombia deje de sentir tanto miedo, rabia, incertidumbre e indignación.
Por favor, dele una mano a Colombia. Deje de ser tan egoísta.
Por Isis López González
Trabajadora social de la Universidad Industrial de Santander (UIS),
master en intervención psicosocial y comunitaria, Universidad Autónoma de Barcelona