La entrega del predio La Floresta a 36 familias campesinas y de pescadores en San Martín, Cesar, representa un hito en la lucha por la restitución de tierras en Colombia. Este territorio, que por décadas estuvo bajo el control del paramilitarismo y luego en manos del Estado para la reparación de víctimas, ahora se convierte en una nueva oportunidad para comunidades con arraigo en la región.
El proceso de recuperación del predio, ubicado en el corregimiento Torcoroma, se llevó a cabo con el acompañamiento de la Fuerza Pública, el Ministerio Público y entidades del orden local. Esta entrega responde al compromiso del presidente Gustavo Petro, quien en noviembre pasado, durante la entrega masiva de tierras en Chimichagua, anunció la devolución de predios a comunidades campesinas despojadas.
Un territorio marcado por la violencia
La Floresta, con una extensión de 399 hectáreas, formó parte de las propiedades de Juancho Prada, excomandante del frente Héctor Julio Peinado de las Autodefensas Campesinas del Sur del Cesar. Este grupo paramilitar es responsable de miles de crímenes, entre ellos 4.479 asesinatos y cientos de desapariciones y desplazamientos, según registros de Justicia y Paz.
El predio estuvo por más de una década en manos del Fondo para la Reparación de las Víctimas y, durante los últimos nueve años, fue arrendado a un particular. Su devolución simboliza no solo una reivindicación para las familias beneficiarias, sino también un acto de memoria y justicia para las comunidades afectadas por la violencia paramilitar en la región.
Lucha y legado de los líderes sociales
La entrega del predio también rinde homenaje a los líderes sociales Teófilo Acuña y Jorge Tafur, asesinados en 2022 en Puerto Oculto. Ambos fueron reconocidos defensores de la tierra y voceros de la Comisión de Interlocución del Sur de Bolívar, Centro y Sur del Cesar, Sur del Magdalena y Procesos de los Santanderes (CISBCSC). Su lucha incansable por los derechos campesinos y la redistribución de tierras sigue viva en las comunidades que hoy reciben La Floresta.
Claudia Machuca Navarro, vocera de la CISBCSC, destacó el significado de este proceso para la organización: «Ha sido un camino complejo, marcado por la violencia y la pérdida de compañeros valiosos. Hoy, en su memoria, seguimos reivindicando los derechos campesinos y avanzando en la construcción de un futuro digno para nuestras comunidades».
Un nuevo comienzo para las familias campesinas
Para los beneficiarios, la entrega de estas tierras representa la posibilidad de un futuro diferente. La Agencia Nacional de Tierras (ANT) formalizó la adjudicación a la Asociación de Campesinos y Pescadores del corregimiento Puerto Oculto (ASOCAMPESAC), que ahora tendrá la oportunidad de cultivar y producir alimentos en el predio recuperado.
Alexandra Pineda Ortiz, asesora de la Dirección General de la ANT, enfatizó la importancia de este proceso: «Recuperamos un predio que estuvo en manos del narcotráfico y el paramilitarismo, y hoy se lo entregamos a las familias campesinas para que lo conviertan en un espacio productivo».
La entrega de La Floresta no solo significa la devolución de la tierra a quienes fueron despojados, sino que también es un paso crucial en la reparación histórica de una región golpeada por la violencia. Ahora, las 36 familias beneficiarias tienen la posibilidad de reconstruir su vida en un territorio que, pese a su pasado marcado por la guerra, se proyecta hacia un futuro de esperanza y justicia.
Fotografía: Agencia Nacional de Tierras