Encuentro Internacional de Víctimas del Conflicto Armado en el Exilio: Un Paso Decisivo Hacia la Reparación Integral.

Bogotá fue testigo de un evento trascendental que marcó un antes y un después en la lucha por los derechos de las víctimas del conflicto armado colombiano que han sido forzadas a vivir en el exilio. Durante dos días, el Centro de Convenciones Ágora fue escenario del Encuentro Internacional de Organizaciones de Víctimas del Conflicto Armado en el Exilio, un espacio que, después de cinco años de ausencia, logró reunir a la Unidad para las Víctimas, organizaciones de exiliados, representantes del gobierno y actores de la cooperación internacional.

Este encuentro no solo fue un espacio de diálogo, sino que permitió trazar una hoja de ruta clara para atender las necesidades urgentes de quienes han tenido que reconstruir sus vidas fuera del país. La discusión giró en torno a tres ejes fundamentales: el reconocimiento del desplazamiento forzado transfronterizo y transnacional, el fortalecimiento de mecanismos de atención y reparación integral, y la creación de un observatorio binacional de víctimas, que permitirá monitorear sus derechos y problemáticas. Además, se subrayó la necesidad de establecer brigadas de salud internacional, debido a la alta vulnerabilidad de muchas víctimas en los países de acogida.

La directora general de la Unidad para las Víctimas, Lilia Solano, resaltó que el trabajo con las víctimas en el exterior debe ir más allá de la asistencia burocrática. «Las víctimas en el exterior son sujetos políticos, han construido proyectos de vida y contribuyen a la transformación de nuestro territorio. Hay muchas necesidades en términos de proyectos productivos, de reparación y de retornos», afirmó.

Por su parte, Heidi Margarita Beleño Echeverría, representante de las víctimas en el exterior, enfatizó en la importancia de mantener abierto el diálogo. «Hacía falta este encuentro, este diálogo con las diferentes instituciones y organizaciones de víctimas en el mundo. Nos vamos con información valiosa y con compromisos claros para seguir articulando respuestas, especialmente para las víctimas en países de frontera, donde la situación es especialmente crítica».

En la misma línea, María Isabel Mazo, víctima de crímenes de Estado y exiliada en México desde hace 28 años, destacó el impacto de este espacio de encuentro. «Fue un momento clave para visibilizar la situación de las víctimas exiliadas. Nos encontramos con compañeros de diversas plataformas y redes como el Encuentro Amplio del Exilio, el Foro Internacional de Víctimas, la Colectiva de Mujeres Exiladas y la Red de Diplomacia Feminista. Ahora, la clave está en que estas conversaciones se traduzcan en acciones concretas».

Uno de los puntos más emotivos del encuentro fue el reconocimiento del Estado a la Colombia extendida, como se le ha denominado a la comunidad de exiliados y refugiados que, a pesar de la distancia, siguen luchando por la justicia y la paz en su país de origen. En este contexto, la Asamblea Popular Permanente Internacional Contra el Golpe de Estado y por las Reformas Sociales en Colombia emitió un comunicado en el que expresó su agradecimiento al gobierno del presidente Gustavo Petro y a la Unidad para las Víctimas por abrir estos espacios de diálogo y reconocimiento. «Este es un paso significativo hacia la reconciliación, basada en verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición», señala el documento.

Asimismo, la Asamblea reiteró su compromiso con la defensa de los derechos humanos y con la veeduría del proceso de reparación, enfatizando que la instrumentalización de las víctimas con fines políticos o económicos no será tolerada. «Las víctimas son el centro real de la paz y de la reconciliación, no simples cifras en un informe», concluye el comunicado.

El Encuentro Internacional de Víctimas del Conflicto Armado en el Exilio dejó claro que, si bien se han dado pasos importantes en el reconocimiento y atención de las víctimas fuera del país, todavía queda un largo camino por recorrer. Entre los principales retos se encuentran la modificación de la Ley 1448 de 2011 para garantizar la inclusión de todas las víctimas, la eliminación de barreras burocráticas en los procesos de reparación y el fortalecimiento de mecanismos de apoyo para quienes desean regresar a Colombia en condiciones dignas y seguras.

La Unidad para las Víctimas reafirmó su compromiso de trabajar en la implementación de estos acuerdos y en la generación de soluciones concretas. Como enfatizó Andrés Ceballos, de la Agencia Presidencial de Cooperación Internacional: «No podemos depender más de financiaciones externas, tenemos que encontrar formas de organizarnos y cooperar entre nosotros».

Con este mensaje de autonomía y acción conjunta, el encuentro cerró con la certeza de que las víctimas en el exilio ya no están solas. Su voz es escuchada y su lucha por la justicia y la reparación sigue vigente, recordándole al país que la paz no será completa hasta que cada víctima, sin importar dónde esté, sea reconocida y reparada.