El comisionado Carlos Martín Beristain compartió algunos elementos claves de lo que contiene el volumen referente al tema del exilio, que ha sido llamado La Colombia fuera de Colombia en el Informe Final. A continuación algunos de los hallazgos y recomendaciones puntuales que la Comisión de la Verdad ha identicado tras su proceso de esclarecimiento y escucha en 23 países.
Se recogieron 2.080 testimonios, de ellos alrededor de 200 testigos y el resto víctimas del fenómeno del exilio.
El exilio es la segunda victimización del país después del desplazamiento forzado.
No existía mucha documentación o escritos sobre el exilio, y esa debilidad ha sido fortaleza de la Comisión, porque la fuente principal sí fue la escucha.
El exilio como también un fenómeno que afecta a la paz de otros países.
Existe despolitización del exiliado, a quien se ve como un migrante más.
La Comisión de la Verdad va a hablar de más de un millón de personas exiliadas.
El exilio colombiano es uno de los más largos del mundo, tiene la misma duración del conflicto armado.
Los primeros casos de exilio que escuchó la Comisión fueron de los años 50 y 60, en época de la violencia bipartidista y el Frente Nacional.
El 37,4 % de los casos de exilio se concentran en el periodo entre 1992 y 2005.
Más del 30,6 % de los testimonios evidencian persecución y violencia ejercida en razón a los liderazgos políticos y sociales.
La negación del conflicto armado en los gobiernos entre 2002 y 2010 fue un obstáculo para la protección internacional de las víctimas.
El capítulo de exilio en el Informe Final abordó casos representativos como: victimización judicial por el secuestro y asesinato de Gloria Lara de Echeverri en 1982, persecución del DAS a víctimas exiliadas en 10 países europeos entre 2003 y 2006, los campesinos y campesinas desplazadas y exiliadas de la Hacienda Bellacruz en el Cesar a nales de los años 90, la población exiliada en Antofagasta entre 2000 y 2010, y el exilio de campesinos en el norte de Urabá en la década de los 90.
El exilio en el Informe Final se abordó desde estos ejes temáticos y apartes: la dimensión del exilio colombiano, los periodos o tiempos en los que ocurrió el exilio, los rostros y las causas del exilio, las rutas del exilio, la necesidad de protección internacional, los impactos o lo que signica el exilio, las resistencias de la población exiliada y las expectativas de retorno.
En clave de recomendaciones, el comisionado Martín Beristain anotó lo siguiente:
● El Estado colombiano debe reconocer que el exilio es una violación de los derechos humanos.
● El Estado debe proporcionar los mecanismos jurídicos para el reconocimiento del exilio y del refugio.
● El Gobierno Nacional y los organismos estatales deben promover el acceso a la justicia de las víctimas en el exterior, y que puedan hacer seguimiento de sus casos.
● Es necesaria la creación de nuevos instrumentos de registro para tener un dato certero sobre la dimensión del exilio y poder garantizar los derechos a las víctimas.
● El Gobierno Nacional debe dar información de contexto a otros países para que las demandas de quienes piden protección por fuera sean atendidas, y no se destestimen bajo el entendido de que existió un Acuerdo de Paz pues el conflicto armado persiste.
● El Estado colombiano debe reconocer su responsabilidad ante la falta de protección y garantías, que fueron factores que ocasionaron la salida de cientos de miles de colombianos.
● Se deben fomentar acuerdos bilaterales que garanticen que la protección internacional sea reconocida como una necesidad política por otros países e instituciones internacionales.
● Se recomienda crear una Comisión o Conferencia Internacional para revisar las leyes de migración y retorno.
● Los organismos que trabajan en temas migratorios (Cancillería, embajadas y consulados) deben promover canales de información accesibles sobre mecanismos de protección internacional y personal capacitado en atención a víctimas.
● Se debe reconocer que la persistencia del conflicto armado es una causa de exilio y refugio.
Los países en los que la Comisión trabajó con el apoyo de 186 voluntarios y alrededor de 800 organizaciones fueron: España, Suecia, Reino Unido, Francia, Alemania, Suiza, Italia, Noruega, Holanda, Bélgica, Grecia, Dinamarca, Canadá, Estados Unidos, México, Costa Rica, Panamá, Ecuador, Venezuela, Argentina, Chile, Uruguay y Brasil.