Foto: Juancho Torres
En un comunicado del 25 de mayo de 2021 en la ciudad de Popayán, el CRIC denunció los hechos de xenofobia y racismo a los que fueron expuestos en el marco de “movilizaciones” convocadas por sectores contrarios al paro nacional, que se caracterizaron por unas decenas de participantes de camisas blancas y varias pancartas alusivas a un discurso de odio, se oficializó la estrategia de atacar las movilizaciones sociales que se presentan en Popayán, el Cauca y Colombia, lanzando mensajes de miedo para que calen en la población, señalando a la vez al CRIC como el “enemigo” a vencer.
El CRIC hace un llamado a la comunidad internacional, a los organismos de derechos humanos, para que acompañen el desarrollo del paro nacional, de manera que se garantice una investigación neutral de los hechos de violencia y de incitación a la misma que se vienen presentando, para que la solución que buscamos las poblaciones que nos movilizamos no se resuelvan desde la mentira y la manipulación en los medios y en esta clase expresiones racistas, sino en un dialogo de nación, que se exprese en cada nivel territorial, el cual permita avanzar en los cambios que necesita el país
El CRIC además mencionó que las cifras de desempleo son cercanas al 20%, en tanto que dentro de la población empleada más del 50% lo hace desde la informalidad y la precariedad, y en donde la pobreza monetaria aumentó en el año 2020 en un 16%, continuado de esta manera como una de las ciudades más pobres de Colombia, es lógico que sus grandes mayorías apoyan el paro nacional, al igual que lo hacemos en el resto del departamento y Colombia, pues las movilizaciones han logrado avanzar no solo contra reformas que nos iban a empobrecer aún más, sino que avanzan en la construcción de un modelo económico mas solidario, equitativo e incluyente. Una de las pancartas “antimovilizaciones” esgrimidas hoy al frente de la catedral de Popayán, reclama por el derecho al trabajo y la movilidad, cuestión que compartimos, pero no es coherente que se achaque esto al paro nacional y las movilizaciones, porque precisamente a este nivel de desconocimiento y pobreza se ha llegado por aceptar calladamente las políticas económicas y sociales de los gobiernos nacionales.
Otra pancarta llama a las Fuerzas armadas a atacar al CRIC. Esta es la consigna permanente de sectores políticos de derecha que buscan ya no solo vincular a su acción ilegal a los gremios y sectores económicos, sino también a las fuerzas armadas como si estuviéramos en un conflicto armado y no en una movilización social. La ceguera política y social que estos agitadores y profetas de la guerra y la violencia pretenden infundir en la población, los lleva a desconocer que esta es una movilización de jóvenes, artistas, viviendistas, trabajadores, desempleados, informales, campesinos, cocaleros, mujeres, estudiantes, profesores, y no solo, ni fundamentalmente, de indígenas. Para poder señalar la movilización social quieren utilizar el racismo y xenofobia que durante décadas que se remontan a siglos, han querido manipular contra nuestra sola presencia. A estos sectores les hiere en su orgullo de “sangre blanca” cada vez que ven que el indio: no calla, plantea, reivindica equidad y derechos, se para firme contra la imposición y la guerra, ejerce su dignidad, hace respetar sus comunidades.
Ese tratamiento militar a la protesta social que exigen desde pancartas ya lo viene implementando el gobierno nacional; hoy en el país tristemente se cuenta con más de cuarenta muertos civiles y dos policías, centenares de heridos, centenares de desaparecidos, y alta cantidad de violaciones a los derechos humanos de hombres y mujeres. Estas clases que dominan en nuestro departamento y el país prefieren que el gobierno hable a través de las armas y no del dialogo social con participación real y decisoria. Ahora piden conmoción interior y cada vez irán acabando con la democracia que nos queda; ellos se acostumbraron a lucrarse con la guerra y la violencia.