Ati Quigua, indígena de la Sierra Nevada de Santa Marta hace su intervención en la rueda de prensa del gran Pacto Histórico

Esta fue su intervención en la rueda de prensa del gran Pacto Histórico #QuienDijoYo, donde además se encontraban, los senadores Gustavo Petro, Gustavo Bolívar, Iván Cépeda y Wilson Arias, entre otros representantes. La rueda de prensa fue presentada por Margarita Rosa de Francisco.

Desde el periódico La Patria de Ecuador, preguntan a Gustavo Petro, Ati Quigua y Martha Peralta. En Ecuador, Arauz, irá a segunda vuelta según se observa frente al derechista Lasso, ¿Como no excluir la agenda indígena para que no sea un apéndice sino una verdadera opción de poder y no pase lo ocurrido con Yaku Pérez?¿Que sectores indígenas, negros y campesinos están en el pacto histórico que se propone?

Responde Ati Quigua, muy buenos días, muchas gracias al Senador Gustavo Petro, un saludo para el periódico La Patria allá en Ecuador y también para todos los periodistas y representantes presentes. Esta pregunta tiene una relevancia en el marco de esta pandemia, tiene una relevancia porque no la podemos responder solamente desde el contexto político de nuestro país, estamos en un momento donde la pandemia demuestra la crisis civilizatoria humana, Abiti Bunsichari, decimos nosotros en lengua materna, el pueblo arhuaco, significa que solo tenemos dos caminos para elegir como seres humanos, o continuamos en el camino de la autodestrucción con estos modos de producción, de consumo, de acumulación, con estos discursos y visiones hegemónicas, eurocéntricas, antropocéntricas, este mandato de desigualdad, racista, colonial profundamente violento, no solamente directo, que toma el cuerpo y la vida de las mujeres , de los indígenas, de los campesinos, estructural, cultural o el camino de la conciencia.

Esto es un llamado a un pacto no solamente histórico, sino bio-ético de colocar la vida en el centro, yo creo que aquí nos une el cuidado de la vida, y ahí quiero en primer lugar decir que me alegra encontrarme nuevamente con muchos amigos y amigas porque saben que hay una crisis profunda humana, y es nuestra identidad, SOMOS AGUA, no solamente el mundo es una gotica de agua que gira alrededor del sol, sino que SOMOS AGUA, SOMOS LA TIERRA QUE CAMINA, SOMOS LO QUE COMEMOS, SOMOS LO QUE RESPIRAMOS, así que la gente indígena, es elegir entre el agua que nos calma la sed sin distingo de ideologías, de religiones, de estratos sociales o el agua que se nos contamina, o el agua que se nos secuestra como Hidroituango, si el Río Magdalena, es el cuerpo de Colombia, el Río Bogotá, el Río Medellín, el Río Cauca, son ríos hermanos que fluyen hacia la mar, la madre mar, que es el Mar Caribe, para nosotros Aluna Ati Arruama, Hidroituango fue como habernos amputado la mitad del cuerpo.

Que no vengan a mí a decirme que tenemos que elegir, entre la derecha, la izquierda o el centro, este es un verde, pero un verde de discurso, de marketing político, por que quien secuestra un río, no puede representar la agenda verde; y yo aquí, quiero por supuesto, honrar las vidas de Kimy Pernía y tantos, y tantos indígenas y pueblos, que soñamos también en la constitución del 91, el sueño de una nación multiétnica y pluricultural, y que ha pasado hoy, el exterminio físico y cultural de nuestros pueblos.

Por eso, creemos que el mayor consenso social de la historia de Colombia ha sido la constitución política del 91, ese sueño de una nación multiétnica y pluricultural nos pertenece, a los que luchamos contra la homogenización, contra la uniformidad, es una violencia sutil pero la más profunda.

Tenemos que salir de estas perspectivas occidentalizantes de un sistema de educación formal escolarizada que ha excluido de manera sistemática los saberes indígenas, tenemos que hablar de educación intercultural. En Ecuador, la agenda indígena ha mostrado pistas de lo que significa, no solamente una gran convergencia social y política, sino un giro epistémico que nos permita reconciliarnos con los ciclos y procesos vitales de la naturaleza a partir de nuestro hogar, cada uno en su barrio, transformándolos en eco-barrios, desde su municipio, desde sus ciudades, por eso me parece fundamental salir de todas estas nociones carucas del antropocentrismo y pasar al biocentrismo, que hagamos la paz con la tierra, y entonces a mí me parece que tenemos lo primero, que superar la violencia política contra los indígenas que no solamente se manifiesta asesinando, desplazando con el racismo, la exclusión, la discriminación, sino la violencia epistémica, excluyendo y limitando sus agendas, ¿Cuando los medios de comunicación dan el espacio para exponer la agenda de las comunidades? en nuestra agenda cabe el mundo, caben todos, por eso yo creo que el movimiento alternativo, indígena y social, hoy es el espacio natural de una generación que se está quedando sin entorno, hoy es el espacio de aquella mujer que desde su casa puede ayudarnos a transformar, porque creo que siempre se piensa que los cambios vienen desde los grandes escritorios, de las grandes corporaciones de esos gobiernos corporativos que ejercen el terrorismo corporativo, porque para mí, como mujer indígena, cuando secuestran el Río Ranchería, es terrorismo ecológico, es condenar al empobrecimiento, a la sed, a la geopolítica de la sed y el hambre; a eso yo creo que hay que salirle al paso y elegir la vida, elegir la diversidad, un principio básico para este pacto histórico, el respeto a la diversidad en la naturaleza y la cultura, porque allí germinará un futuro sustentable y entonces como vamos a garantizar que nuestra agenda no queda al margen en esta gran convergencia.

Pues yo invito a cada mujer, a cada joven, a cada niño, indígena, a cada cultura, porque también tienen que caber todas las culturas, si hablamos del agua, existen cosmologías del agua, pero algo si tenemos claro, y es que ahora que el agua cotiza en la banca privada, le va a hacer la guerra a todas las culturas del agua, que desde lo local han resistido, así que tenemos que unirnos para una democracia vital, elegir el agua, los suelos vivos y el aire limpio.

Muchas gracias.

¿Quién es Ati Quigua?

Indígena de la Sierra Nevada de Santa Marta; Administradora Pública; Magister en Gobierno. Concejala de Bogotá 2004-2007 2008-2011 y 2020-2023. Comisionada Indígena de Paz. Comprometida con un futuro saludable, justo, sustentable y en paz.

Defensora de Derechos Humanos; Consultora, experta en perspectiva étnica, en su ejercicio político ha liderado iniciativas como: lineamientos para la política pública indígena en el Distrito; lineamientos para la política pública del agua, e incentivo al cultivo y consumo de productos tradicionales andinos como complemento nutricional.En 2014 fue candidata al Senado con el movimiento “Sé” -semilla de vida y paz alianza por la biodiversidad por el OPIAC (Organización de los Pueblos Indígenas de la Amazonía Colombiana)-; Promotora del respeto de los derechos Humanos y de los derechos de la naturaleza; ganadora del Premio Internacional Daniele Po 2016, que otorga la Unión Europea, el Gobierno y el Parlamento de Italia, Ciudad del Vaticano y la Universidad de Boloña, como reconocimiento a las mujeres y asociaciones que trabajan por el ambiente y los derechos Humanos. Candidata a la vicepresidencia de Colombia 2018 – 2022 por el Movimiento Fuerza Ciudadana. Ha participado como docente de la Escuela Intercultural de Diplomacia Indígena de la Universidad del Rosario.