Hace más de una década «La Cordillera» fue creada por el narcotraficante y paramilitar Carlos Mario Jiménez Naranjo, alias «Macaco», quien volvió a Colombia en 2019 luego de cumplir una condena en Estados Unidos por narcotráfico y hoy se encuentra preso en La Picota. Alias «Macaco» o «Javier Montañéz», es un exjefe paramilitar y narcotraficante, nacido en Marsella, Risaralda, al centro-occidente de Colombia. Fue comandante del Bloque Central Bolívar de las Autodefensas Unidas de Colombia.
De acuerdo con el perfil sobre su vida hecho por el portal Verdad Abierta, Jiménez Naranjo, hizo parte del Cartel del Norte del Valle en la década de los ochenta, y se habría vinculado al paramilitarismo al ofrecer recursos económicos a los hermanos Castaño destinados a financiar las acciones militares de las AUC, tras lo cual se le habrían asignado tropas y recursos. En declaraciones a la fiscalía, declaró haber sido paramilitar desde el año 1990.
«Macaco» comandó el temible Bloque Central Bolívar de las AUC, que al decir de expertos en narcóticos fue una organización criminal casi tan poderosa, militar y económicamente como lo fuera en su tiempo el Cartel de Medellín. También se le ha acusado de ser uno de los fundadores de la organización criminal llamada las Águilas Negras.
Macaco, junto con 1.922 de sus hombres, dejó las armas en el proceso de desmovilización que llevó a cabo el gobierno colombiano en 2005 y se sometió a la Ley de Justicia y Paz, entregando 2 helicópteros, 1 urbanización en Cáceres (Antioquia), 4 haciendas con 2.600 cabezas de ganado, el total de los bienes entregados para reparar a sus víctimas fue valorado en unos 37 millones de dólares. Para entonces el DAS lo señalaba como el tercero en la línea de mando de las AUC y mano derecha de Carlos Castaño. Se le acusaba igualmente de ser el jefe de cobro del Cartel del Norte del Valle y heredero del negocio de narcotráfico de alias «Rasguño».
No obstante, Macaco no reveló la mayoría de sus delitos dentro de los que se incluían masacres, asesinatos selectivos, robo de tierras, entre otros, ni entregó sus bienes para «reparar» a los familiares de sus víctimas, además de que se conocieron pruebas de que Macaco seguía delinquiendo desde la cárcel de Itagüí en Antioquia por lo que fue trasladado a la cárcel de Cómbita en Boyacá, antesala para la extradición a Estados Unidos. Durante este tiempo trascendió que el proceso de desmovilización había sido infiltrado por organizaciones ligadas al narcotráfico para lograr amnistía por sus delitos. En particular, se dijo que 5000 desmovilizados del Bloque Central Bolívar bajo el comando de «Macaco» nunca combatieron a las guerrillas y, en cambio, correspondían al aparato sicarial de la organización en sus negocios con drogas ilícitas.
Sobre la organización ilegal, es poco lo que se conoce públicamente, pero en los municipios donde hace presencia, es conocida por ser uno de los grupos más violentos, por su papel clave en el narcotráfico en el Eje cafetero y el norte del Valle y sus actividades de extorsión como oficina de cobro. También controla el conocido ‘gota a gota’ o préstamo de usura, el tráfico de armas y los secuestros exprés. Todo al estilo paramilitar del que proceden. Han ganado fuerza y terreno en el departamento de Risaralda sin que las autoridades puedan hacer mucho.
Después de la extradición de alias ‘Macaco’ en 2008, La Cordillera está al mando de alias Don A y alias El Indio, quienes tienen a su servicio un grupo de por lo menos 50 hombres.