Se convoca a un gran Paro Nacional indefinido, desde diferentes vertientes políticas y desde el sector sindical se realiza un llamado general a las calles en pueblos y ciudades, en Colombia y en el mundo entero, donde quiera que haya un colombiano.
Las causas, una reforma tributaria presentada por el Ministro de Hacienda Alberto Carrasquilla, y que es la cuarta en la era Duque, esta vez no es diferente de las demás, productos de la canasta familiar como el chocolate, el café, la sal entre otros serán gravados con un IVA del 19%. También los servicios públicos la gasolina y cientos de otros productos, todo, para recolectar un dinero que sirva al estado con el cual tapar el hueco fiscal causado durante la pandemia. Y es que, si bien la pandemia al rededor del mundo ha causado estragos económicos, también es cierto que muchos gobiernos han realizado esfuerzos en favor de la población para mitigar el impacto, caso que no es similar en Colombia.
Mientras los gobiernos del mundo se debaten en como tomar medidas para que los ciudadanos de sus países puedan atravesar esta pandemia generada por el coronavirus o Covid-19, en Colombia el gobierno de Iván Duque, a quienes muchos señalan de ser “el títere del Expresidente Álvaro Uribe Vélez” se dedicó a gastar el dinero del estado en lujos.
Recordemos que el presidente ordenó la compra de una flotilla de 23 camionetas blindadas por un valor de 9.600 millones de pesos, también pocos días antes de la tragedia de la isla de San Andrés, autorizo la compra de un helicóptero por 12milones de dólares, un equivalente aproximado de 48.000 millones de pesos. 18 tanquetas para el ESMAD por 12.000 millones de pesos compro en marzo del 2020. En junio del 2020 Duque también compro más de 80.000 municiones por un valor de 10.000 millones de pesos también para el ESMAD. Duque también gastó 3.500 millones, que estaban en recursos para la paz y los gasto en mejorar su imagen. Duque guardo silencio frente a los casi 900 millones que el ministro de defensa gasto en una empresa para que le asesorara en comunicación, y que realmente solo buscaba como ocultar la verdad sobre el bombardeo a los niños por parte del ejército en el Guaviare. Gastaron 6.400 millones en 250.000 gorras para la policía, las que no alcanzaran a usar pues ahora van a cambiar los uniformes de la policía y cuando no existen ni siquiera esa cantidad de unidades policiales. Últimamente el presidente Duque aprobó comprar 24 aviones de guerra por la suma de 14 billones de pesos unos 3500 millones de dólares. Y sin dejar pasar, la emisión de 40 billones de pesos aproximadamente 10.300 millones de dólares para darle vida a los banqueros.
Miles de millones en gastos innecesarios, mientras millones de personas se encuentran en la pobreza total y dentro de las cuales a un gran porcentaje de ellas no les alcanza ni siquiera para poderse alimentar.
Muchos escándalos al rededor del manejo que irresponsablemente le han dado al Covid-19 y a la vacunación, pero ahora prometen salvar el país con una nueva reforma tributaria.
El pueblo francés comenzó su revolución a causa de la gran depresión que genero el endeudamiento y el hambre que pasaban los campesinos, así exploto en un momento determinado lo que se conoce como la Revolución Francesa, una que bien hace falta en Colombia; y tal vez porque no, en otros países del mundo, el pueblo debe tomar las riendas de su poder, debe hacer sentir su voz y luchar contra la opresión a la que está siendo sometido. Solo falta voluntad porque motivos son los que hay, y muchos más de los que tuvo el pueblo francés para decapitar a su realeza.
La Revolución Francesa
“Los historiadores generalmente ven las causas subyacentes de la Revolución Francesa como impulsadas por el fracaso del Antiguo Régimen para responder a la creciente desigualdad social y económica. El rápido crecimiento de la población y las restricciones causadas por la incapacidad de financiar adecuadamente la deuda pública dieron resultado fue una crisis que Luis XVI no pudo manejar
Bajo Luis XIV, la corte de Versalles se había convertido en el centro de la cultura, la moda y el poder político. Las mejoras en la educación y la alfabetización a lo largo del siglo XVIII significaron audiencias más grandes para los periódicos y revistas, con logias masónicas y cafeterías y clubes de lectura que proporcionaron áreas donde la gente podía debatir y discutir ideas. El surgimiento de esta llamada «esfera pública» llevó a París a reemplazar a Versalles como centro cultural e intelectual, dejando a la Corte aislada y con menos capacidad de influir en la opinión
Además de estos cambios sociales, la población francesa creció de 18 millones en 1700 a 26 millones en 1789, lo que lo convierte en el estado más poblado de Europa; París tenía más de 600.000 habitantes, de los cuales aproximadamente un tercio estaban desempleados o no tenían trabajo regular [12]. Los métodos agrícolas ineficientes significaban que los agricultores nacionales no podían mantener estos números, mientras que las redes de transporte primitivas dificultaban el mantenimiento de los suministros incluso cuando había suficientes. Como resultado, los precios de los alimentos aumentaron en un 65% entre 1770 y 1790, pero los salarios reales aumentaron solo en un 22%.9 La escasez de alimentos fue particularmente perjudicial para el régimen, ya que muchos atribuyeron los aumentos de precios a la incapacidad del gobierno para evitar la especulación. [14] En la primavera de 1789, una mala cosecha seguida de un invierno severo había creado un campesinado rural sin nada que vender y un proletariado urbano cuyo poder adquisitivo se había derrumbado.
El otro gran lastre para la economía fue la deuda estatal. Las visiones tradicionales de la Revolución Francesa a menudo atribuyen la crisis financiera de la década de 1780 a los grandes gastos de la guerra anglo-francesa de 1778-1783, pero los estudios económicos modernos muestran que esto es incorrecto. En 1788, la relación entre la deuda y la renta nacional bruta en Francia era del 55,6%, en comparación con el 181,8% en Gran Bretaña. Aunque los costos de los préstamos en Francia eran más elevados, el porcentaje de los ingresos fiscales dedicados al pago de intereses era aproximadamente el mismo en ambos países
Sin embargo, estos impuestos los pagaban predominantemente los pobres de las zonas urbanas y rurales, y los parlamentos regionales que controlaban la política financiera bloquearon los intentos de repartir la carga de manera más equitativa. El impasse resultante frente a la angustia económica generalizada llevó a la convocatoria de los Estados Generales, que se radicalizaron por la lucha por el control de las finanzas públicas. Sin embargo, ni el nivel de la deuda estatal francesa en 1788, ni su historia previa, pueden considerarse una explicación del estallido de la revolución en 1789
Aunque Luis no fue indiferente a la crisis, cuando se enfrentó a la oposición, tendió a retroceder. La corte se convirtió en el blanco de la ira popular, especialmente la reina María Antonieta, que fue vista como una espía austríaca derrochadora, y acusada de la destitución de ministros «progresistas» como Jacques Necker. Para sus oponentes, las ideas de la Ilustración sobre la igualdad y la democracia proporcionaron un marco intelectual para abordar estos problemas, mientras que la Revolución Americana fue vista como una confirmación de su aplicación práctica”