«La paz no da votos» Padre Francisco De Roux en Conmemoración al quinto aniversario de los Acuerdos de Paz.

«“La ausencia de la paz grande trajo la desvalorización de la misma paz que exigía mucho coraje nacional, audacia para reconocer la verdad de nuestra tragedia humana, para enfrentar los cambios estructurales que volvieron a pedir los jóvenes de la Primera Línea el pasado abril y se fue bajando el discurso de la paz, se le puso adjetivos para controlarla, se la sacó del estado de opinión y hoy, hoy en la campaña política, es políticamente incorrecto hablar de paz, los candidatos no lo mencionan porque la paz no da votos» Padre Francisco De Roux en su intervención en la Conmemoración de los 5 años de la firma del Acuerdo final de Paz.

Este miércoles 24 de noviembre se realizó la Conmemoración de los 5 años de la firma del Acuerdo Final de Paz, donde se reunieron el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, el presidente Iván Duque y las tres entidades del Sistema Integral para la Paz (JEP, Comisión de la Verdad y Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas).

Como invitados también estaban el ex Presidente Juan Manuel Santos, el Padre y Presidente de la Comisión para el esclarecimiento de la Verdad, Francisco de Roux, el Notable componente internacional de verificación, ex Presidente de España Felipe González, el Presidente de Cuba, Miguel Diaz Canel, el firmante del Acuerdo de Paz, Rodrigo Londoño y asistieron e intervinieron algunas de las víctimas, como José Antequera Guzmán, victima, padre líder político asesinado, Débora Barros, indígena y victima de familiares asesinados y Diana Sofía Martínez, victima padre secuestrado y desaparecido.

“Hoy mi voz es la de 9 millones de víctimas desde los territorios y quienes confiamos en el proceso de paz. Hemos luchado y con satisfacción tenemos que decir que a pesar de las dificultades el proceso se ha mantenido”:

Débora Barros

El hijo de José Antequera, la víctima 721 del genocidio contra la Unión Patriótica, manifestó que “no existiría el Acuerdo de Paz sino fuera a partir del reconocimiento del dolor y sufrimiento que hemos tenido millones de víctimas en Colombia”.

José Antequera Guzmán

“Agradezco a las organizaciones de víctimas y buscadoras, a los excombatientes de las Farc y funcionarios el Estado que han hecho su trabajo para, después de tantos años de conflicto, haber permitido las condiciones para construir caminos de reconciliación”:

Diana Sofía Martínez.

En su intervención el Padre Francisco De Roux, adicionalmente mencionó, «hace tres años ha estado recibiendo a las víctimas desde esa profundidad, a todos desde ese lugar ensangrentado donde las mamás hablan de sus hijos desaparecidos, de sus esposos secuestrados, de los que fueron asesinados por hombres del ejército en falsos positivos, de los pueblos destrozados por las bombas, de los soldados y ex guerrilleros sin piernas y los niños volados por minas antipersona y de millones de desplazados; es sobre todo de la herida de la brutalidad de los años de la guerra grande y salvaje entre 1995 y el año 2009, cuando la acumulación de conflictos nunca resueltos pasó por encima de la constitución de 1991 y estalló en una confrontación a muerte porque ambos en distintos momentos, las Farc y las fuerzas militares estuvieron a punto de ganar y para las dos partes la derrota era inaceptable una confrontación donde la insurgencia y las fuerzas del estado y los paramilitares en el fragor de la contienda violaron a diario el derecho internacional humanitario, donde ocurrieron 44 quintas partes de todas las víctimas de 60 años y donde el 80% de los asesinados fueron civiles que nada tenían que ver con la guerra.

El acuerdo de paz se firmó hace cinco años para detener esta locura y tuvo efectos inmediatos, recordamos el espectáculo conmovedor de las Farc bajando de las montañas acompañados por los soldados y policías que habían sido sus enemigos a muerte, el 27 de junio de 2017 tuvo lugar inmediata la ceremonia de la dejación de las armas con el arzobispo de Tunja, Monseñor Luis Augusto Castro, acompañamos como garantes el cierre de los contenedores de naciones unidas y cuando caminábamos entre las carpas de los muchachos desarmados una pareja joven un hombre y una mujer nos dijeron tenemos miedo porque hemos entregado los fusiles que protegían nuestras vidas, hemos puesto la confianza en el estado y en la sociedad pero no nos creen a nosotros y recordamos que la paz se extendió en el país ese año de 2017 el año más pacífico que ha tenido Colombia en el siglo 21, no era una paz para las Farc era la posibilidad de la paz grande de los colombianos.

Colombia necesitaba la convocatoria hacia esa paz grande por encima de todos los intereses políticos de partidos, no tuvimos el liderazgo nacional, no solo de presidencia, de toda la sociedad capaz de convocar a indígenas y afros, a campesinos y jóvenes, a sectores populares y clases medias iglesias y colegios y universidades, a las fuerzas militares y a los partidos, a los sindicatos y a la sociedad civil, a construir la paz de todos.

Han sido más de 1000 líderes asesinados desde que se firmó la paz, la ausencia de la paz grande fue también la ausencia del respeto a quienes poniendo la confianza en nosotros habían dejado las armas, cada mes desde la dejación de armas hemos tenido en promedio cinco ex combatientes de las Farc asesinados, la ausencia del estado igualmente permitió que la guerra de la coca y de la minería ilegal penetraran las comunidades en los territorios que dejó las Farc y que volvieron las minas antipersonas, en las playas de los ríos, la destrucción de la naturaleza, con la deforestación del Amazonas y del andén del Pacífico y el terror de las comunidades.

La JEP por esa misma realidad ha sufrido momentos muy difíciles y finalmente la ausencia de la paz grande trajo la desvalorización de la misma paz, la paz que exigía mucho coraje nacional? mucha audacia para reconocer la verdad de nuestra tragedia humana, para enfrentar los cambios estructurales que volvieron a pedir los jóvenes de la primera línea el pasado abril y se fue bajando el discurso de la paz, se le puso adjetivos para controlarla se la sacó del estado de opinión y hoy, hoy, en la campaña política, es políticamente incorrecto hablar de paz, los candidatos no lo mencionan porque la paz no da votos.

Tenemos que rescatar la grandeza de esa paz que realmente el país quiere, la Comisión de la verdad tiene la responsabilidad de contribuir a este esfuerzo colectivo, estamos preparando el informe final para invitar desde la verdad de nosotros mismos a construir dentro de nuestras diferencias políticas y de género culturales y étnicas el país que piden y más en su clamor por la reconciliación y por la nación del futuro que se merecen los niños de Colombia.»