AUC

El narcoparamilitarismo quiere retomar la Alta Guajira

Por: Reacción – Revista Digital

Uribia, cuyo nombre wayuunaiki es Ichitki, es un municipio colombiano ubicado al norte del departamento de La Guajira. Es conocido como la «capital indígena de Colombia».

Los altos niveles de pobreza estructural (en la Guajira la incidencia de pobreza extrema según el DANE fue cerca de tres veces la pobreza extrema nacional: 27,7%), la debilidad institucional y una sequia prolongada, han estado afectando a las comunidades Wayúu de la Alta Guajira de forma crónica, debilitando las redes sociales de apoyo de las familias y sus medios de subsistencia (agricultura y pastoreo) e incrementando la dependencia de estas comunidades/familias de los ingresos económicos.

A esto se suma la corrupción política que se ha desarrollado en la región y que mucho a tenido que ver en el debilitamiento social de las comunidades.

Tampoco es ajeno el fenómeno paramilitar que en otras épocas vivieron las comunidades Guajiras y que en alianza con los narcos y los contrabandistas controlaron la región.

Hoy Reacción – Revista Digital, recibe información de los pobladores de Uribia en la Alta Guajira del inicio de la retoma paramilitar. Se están organizando grupos paramilitares en esta zona, hace más o menos dos meses se comenzarón a ver movimientos de personas ajenas a la región de Tres Bocas en la Alta Guajira, al comienzo las personas del sector pensaron que eran narcos en sus actividades, pero luego de unas semanas irrumpieron en algunas comunidades según ellos para conocer a los habitantes del sector, manifestando sus supuestas intenciones de protegerlos.

Empezaron en unas motos, pero hace dos semanas se están movilizando en tres camionetas blancas marca Toyota Hilux y esta semana hicieron un llamado para reunirse con la comunidad.

Los habitantes de esas comunidades están muy preocupados y es un tema del que no se habla mucho por temor a represalias.

«La riqueza generada por el boom marimbero facilitó que agentes ilegales amasaran fortunas, agentes que a la sombra de esta bonanza se perfilaron como líderes sociales y políticos. Estos nuevos líderes instalaron una forma de gobernar basada en la corrupción y el clientelismo, generando un proceso de captura avanzada del estado, que según Garay y Salcedo (2012) ocurre cuando individuos o grupos ilegales como narcotraficantes o mafias influyen, mediante la violencia, en los procesos públicos con el fin de satisfacer sus intereses particulares». Escribió Luis Fernando Trejos Rosero en Política e ilegalidad en La Guajira.

Por: Reacción – Revista Digital