En una jornada histórica, el presidente Gustavo Petro Urrego, acompañado de miembros de su gabinete y representantes de la comunidad, oficializó la entrega de cuatro centros de acopio e industrialización del cacao en los departamentos de Arauca y Boyacá. Esta iniciativa es el resultado de un esfuerzo conjunto entre la Unidad Administrativa Especial de Organizaciones Solidarias, el Ministerio del Trabajo, el Ministerio de Agricultura, las gobernaciones locales, y más de 30 organizaciones territoriales, en el marco de la consolidación del Circuito Asociativo Solidario.
La entrega de los centros, realizada en el municipio de Arauquita, contó con la participación de actores clave como el ministro del Trabajo, Antonio Sanguino, la ministra de Agricultura, Martha Carvajalino, así como los gobernadores de Boyacá, Arauca y Casanare.
Además, estuvieron presentes organizaciones productoras, campesinos, juntas de acción comunal, medios de comunicación alternativos y comunitarios, y la Organización de las Naciones Unidas. El evento también permitió socializar el trabajo realizado por la Unidad Solidaria, que busca fortalecer la economía solidaria y popular, particularmente en territorios rurales, mediante la implementación de la Agenda de Asociatividad Solidaria para la Paz.
Mauricio Rodríguez Amaya, director de la Unidad Solidaria, subrayó la importancia de transformar la cultura del territorio a través de la asociatividad. «No se trata solo de desarrollar procesos productivos, sino de cambiar la forma en la que trabajamos. La cooperación, el trabajo en equipo y la colaboración deben ser los pilares de una nueva cultura que impulse el desarrollo local», afirmó. En este sentido, destacó la implementación del Sistema de Educación en Asociatividad Solidaria (SEAS) en colegios, con cooperativas escolares como parte del esfuerzo por formar a las nuevas generaciones en la cultura de la asociatividad.
Los nuevos centros, ubicados estratégicamente en Cubará (Boyacá), El Troncal y La Arenosa (Arauquita), y La Holanda (Tame), serán claves para mejorar la calidad del cacao producido en estas regiones y asegurar su trazabilidad. De esta manera, los productores locales podrán acceder a mejores condiciones de comercialización, tanto en los mercados nacionales como internacionales. Cada uno de los centros tendrá un impacto significativo en las comunidades productoras, con un potencial de estandarización anual que varía entre las 500 y 800 toneladas de cacao.
Los centros entregados son los siguientes:
- Centro de Acopio y Estandarización de Cacao de La Arenosa, Arauquita: Beneficiará a más de 6 organizaciones productoras, con una capacidad de estandarización de 700 toneladas anuales.
- Centro de Acopio y Estandarización del Cacao del Consejo Comunitario de La Holanda, Tame: Beneficiará directamente a más de 10 organizaciones, con un potencial de estandarización de 500 toneladas al año.
- Centro de Acopio y Estandarización del Cacao de El Troncal, Arauquita: Vincula a más de 7 organizaciones campesinas, con una capacidad de estandarización cercana a las 800 toneladas anuales.
- Centro de Acopio y Estandarización de Cubará, Boyacá: Beneficiará a los cacaoteros de la región, con un objetivo de estandarizar más de 500 toneladas anuales.
Durante su intervención, Rodríguez Amaya enfatizó que estos centros no solo se enfocan en la estandarización del cacao, sino que son «núcleos de fomento asociativo solidario» que representan un modelo económico cooperativo que promueve la unión y el trabajo conjunto. Este enfoque busca que las comunidades asuman el control de su propio desarrollo, fortaleciendo la economía local y contribuyendo a la transformación de los territorios.
Jonathan Toloza, representante de la Asociación de Cacaoteros de Cubará, expresó su orgullo por ser parte de este proceso histórico. «Hoy, nuestra organización hace parte de la historia del municipio. Gracias por el apoyo, señor presidente, y siempre lo respaldaremos. Los campesinos apoyamos las reformas», dijo con entusiasmo.
El evento culminó con la intervención del presidente Gustavo Petro, quien destacó la importancia de la inversión social en proyectos autosostenibles y la creación de leyes que transformen el sistema de transferencias, asegurando que los recursos lleguen a las comunidades más vulnerables. Además, el presidente enfatizó que las organizaciones ilegales en Arauca pueden tomar como ejemplo este modelo de paz y cooperación. «Pueden ser cooperativistas del chocolate, si dejan atrás el tráfico ilegal y demuestran a otras regiones de Colombia cómo se hace», afirmó.
Esta jornada reafirma el compromiso del Gobierno del Cambio con el campesinado colombiano, y su objetivo de avanzar hacia una industrialización solidaria que promueva el empoderamiento de las regiones vulnerables, la consolidación de la paz, y el fortalecimiento de la economía solidaria como motor del desarrollo territorial.