Formación musical gratuita para 18.500 niños, niñas y jóvenes colombianos.

En un esfuerzo conjunto por emplear la cultura como un catalizador de cambio en la sociedad colombiana, el Ministerio de las Culturas, los Artes y los Saberes, en colaboración con la Fundación Nacional Batuta, ha lanzado un llamado a inscripciones para el programa «Sonidos de Esperanza». Esta iniciativa, dirigida a 18.500 niños, niñas y jóvenes de 86 municipios en todo el país, busca brindar educación musical gratuita y apoyo psicosocial a una amplia gama de participantes, con edades comprendidas entre los 6 y los 17 años.

El programa se estructura en dos componentes fundamentales: la iniciación musical general, que abarca actividades como ensambles y coros, y la formación específica para niños y jóvenes con discapacidades. El objetivo principal de estas actividades es proporcionar a los participantes habilidades básicas en desarrollo motriz, rítmico, auditivo y vocal, utilizando repertorios provenientes tanto de Colombia como de otros países latinoamericanos.

El segundo componente del programa es particularmente notable por su enfoque inclusivo. Al ofrecer formación musical adaptada a niños, niñas y jóvenes con diversas capacidades, «Sonidos de Esperanza» se convierte en una plataforma para potenciar no solo las habilidades musicales, sino también físicas, intelectuales, sensoriales y psicosociales de estos participantes.

Para aquellos interesados en formar parte de esta iniciativa, las inscripciones están abiertas en los Centros Musicales Batuta ubicados en los 86 municipios seleccionados. La información de contacto puede encontrarse en el sitio web oficial de la Fundación Nacional Batuta.

Catherine Surace, directora académica de la Fundación Nacional Batuta, resalta la importancia de «Sonidos de Esperanza» como una herramienta de transformación social. «Este programa enriquece la perspectiva de goce efectivo de los derechos culturales de los niños, niñas, adolescentes y jóvenes, entendiendo la música como una herramienta de transformación y la práctica musical colectiva como un laboratorio social», afirma Surace.

Además de su impacto social, «Sonidos de Esperanza» se compromete con altos estándares de calidad en la formación musical impartida, buscando integrarse de manera plena con los distintos procesos de educación musical en Colombia. Con esto, se abre una ventana de oportunidad para miles de niños, niñas y jóvenes del país, ofreciéndoles opciones de vida alternativas y enriquecedoras.

Sonidos de Esperanza» no solo es un programa musical, sino un testimonio del poder transformador de la música cuando se combina con un enfoque inclusivo y un compromiso con el desarrollo integral de la juventud colombiana.