En el encuentro con los almirantes y generales de las Fuerzas Militares en la Escuela Militar de Cadetes José María Córdova, el Jefe de Estado dejó claro cuáles son las estrategias para enfrentar las amenazas que existen en el país.
Aseguró que la ideología ya es un tema del pasado, no existe, lo que predomina hoy es el poder del dinero y el control territorial.
“El arma del enemigo no es el fusil, es el dinero”, porque “el dinero puede quitar el poder del Estado en el territorio”.
Con estas palabras, el Presidente Gustavo Petro sustentó la política de Seguridad en el encuentro que sostuvo con los almirantes y generales de las Fuerzas Militares en la Escuela Militar de Cadetes José María Córdova, en donde dejó claro cuáles son las estrategias que se deben implementar en los actuales momentos para enfrentar las amenazas que existen en el país.
En un ambiente académico, el Jefe de Estado hizo un recorrido sobre las diferentes etapas de la violencia que vive Colombia, recordando que desde hace 72 años no ha habido un día en paz, pero las amenazas crecen “como las capas de una cebolla”, pero “muy adentro” están las bases y las raíces que generaron la situación actual del país.
Recordó que, con el tiempo, la violencia cambia y aseguró que la ideología ya es un tema del pasado, no existe, lo que predomina hoy es el poder del dinero y el control territorial.
Como describiendo una fotografía de la actual realidad, el Presidente Petro dijo que cuando mueren los combatientes “los botan por ahí como si fueran ladrillos, no les interesa el ser humano, ya no son sus combatientes ideológicos, su compañero, que cayó”.
Se tratan de “un insumo que compraron con plata, les pagaron sueldo, se murieron, van al otro día, vuelven con la plata y los reemplazan”, dijo.
Por esta razón, aseguró que son ejércitos ilegales “eternos”, lo que representa una dificultad para el Estado, debido a que “pueden prolongarse en el tiempo porque, mientras haya un mercado que permita contratar personas hacia la guerra, pueden seguir ese mercado” y esto se presenta por la ausencia del Estado, la pobreza y la falta de oportunidades para los jóvenes.